La guerra del agua amplía la división en PP y PSOE

El trasvase Tajo-Segura volvió ayer a levantar viejas heridas entre los dirigentes de PP y PSOE de Castilla-La Mancha, por un lado, y la Comunitat Valenciana y Murcia, por otro. El enfrentamiento lo avivó la aprobación en el Congreso por parte de los socialistas, con el apoyo de CiU, de un informe sobre el nuevo Estatuto de Castilla-La Mancha que contempla incorporar a su preámbulo una reserva hídrica de 4.000 hectómetros cúbicos a esta comunidad autónoma. El PP se abstuvo.

Hace más de un año que la reforma del texto estatutario llegó a la Comisión Constitucional para su tramitación, tras ser aprobada de forma unánime por socialistas y conservadores en las Cortes castellano manchegas. La fórmula de la reserva hídrica fue presentada por el PSOE en la negociación, a cambio de suprimir la caducidad del trasvase Tajo-Segura en 2015 contemplada en el texto inicial. Y es que este apartado suponía el principal escollo para su aprobación en la Cámara Baja por la contundente oposición por parte de los políticos de PP y de PSOE de Murcia y de la Comunitat Valenciana.

El PP no apoyará el nuevo Estatuto manchego si no hay cambios

La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, fue una de las principales defensoras de la caducidad del Tajo-Segura en las cortes castellano manchegas, dada su condición, además, de presidenta de los conservadores en la región. Pero ayer, desde su partido explicaron que no aceptarán que el nuevo Estatuto contemple una reserva hídrca para la comunidad.

Arturo García-Tizón, diputado por Toledo y miembro de la Comisión Constitucional, justificó su abstención al informe que recoge dicha reserva porque ésta "no resuelve ninguno de los problemas que tiene el agua" y es "una provocación y choque hacia otras comunidades". Asimismo, criticó a los socialistas por atribuirse "competencias que son del Gobierno". García Tizón planteó un ultimátum. "Si quieren tener el voto del PP" en el dictamen de la Comisión que se llevará a Pleno, "deben hacer cambios en profundidad".

Desde el Ejecutivo de Castilla-La Mancha criticaron el "doble rasero" del PP y, de Cospedal. Según denunciaron, la número dos de Rajoy "se ha doblegado a los intereses de Murcia y Valencia". A lo largo de la tarde de ayer dirigentes conservadores de ambas comunidades atacaron a los socialistas por su defensa del agua en Castilla-La Mancha. El presidente murciano, Ramón Luis Valcárcel, dijo incluso que la propuesta del PSOE "es inconstitucional".

Los socialistas insisten en que el texto no se aprobar sin los conservador

En el PSOE no se libraron de sus propias peleas internas. El secretario general de los socialistas valencianos, Jorge Alarte, llegó a advertir que su intención es "impedir por todos los medios que prospere una iniciativa que abocaría al fracaso del actual modelo autonómico español".

El PP también argumentó para rechazar la propuesta del PSOE, que ésta se había aprobado con el apoyo de CiU, partido sin representación en Castilla-La Mancha. Pero posteriormente, el propio presidente castellano manchego, José María Barreda y el número dos de los socialistas en el Congreso, Eduardo Madina, matizaron que pese al acuerdo obtenido con los nacionalistas catalanes en Comisión, no aceptarán que la reforma del Estatuto manchego se apruebe sin el PP. "Es la única manera de que se pueda aprobar porque la aritmética parlamentaria no da para otra cosa", insistió Barreda.

Cospedal no cerró la puerta a esta posibilidad. Según apuntó, "es posible llegar a un acuerdo y el PP seguirá trabajando hasta la última gota" para que llegue.