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Griñán culpa a la Iglesia y al Banco de España

El presidente andaluz reconoce que la pérdida de Cajasur no es buena noticia

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José Luis Rodríguez Zapatero dijo ayer a la cúpula socialista que la adjudicación de la intervenida Cajasur a la vasca BBK es un buen resultado para la crisis que ha atenazado a la entidad cordobesa los últimos ocho meses.

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El presidente andaluz, José Antonio Griñán, no pudo escucharlo, ya que en lugar de acudir a la reunión del Comité Federal del PSOE compareció públicamente en Sevilla: "Entiendo que es importante dar mi opinión sobre la adjudicación del Banco de España de Cajasur a la BBK". Un resultado que, añadió, "no ha sido una buena noticia para Andalucía".

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Una región en la que oposición política, patronales y sindicatos señalan a Griñán y a su Gobierno como responsables de que ayer fuera el lehendakari vasco Patxi López, y no él, el que saliera a la puerta de la sede del PSOE a felicitarse de la adjudicación. Con Cajasur, la BBK se posiciona mejor en un mundo financiero "en el que el tamaño sí importa", dijo López.

Zapatero, contento con la adjudicación a la vasca BBK de la caja cordobesa

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Sin embargo, Griñán rechazó toda responsabilidad en una decisión sobre la que, asegura, la Junta perdió toda capacidad de influencia desde el momento en que los gestores de Cajasur es decir, la Iglesia de Córdoba, abandonaron la tutela de su Gobierno. Lo que hizo, explicó Griñán, tomar "la decisión suicida" de abortar sus negociaciones de fusión con Unicaja para echarse en manos del FROB "a cambio de nada". Una "historia que conviene recordar", dijo Griñán, ya que explica "el desenlace": su adjudicación a la BBK "como consecuencia de decisiones equivocadas adoptadas por la caja cordobesa y que determinaron su intervención".

Esa es la base de sus reproches a la actuación del Banco de España, "que dejó de ser andaluza cuando prefirió la intervención". Lo que sucedió, aseguró, por un problema "de desavenencias", de "posiciones numantinas" generadas a partir de "heridas surgidas en las negociaciones" de fusión entre los responsables de ambas cajas, que el Banco no supo o no quiso restañar.

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«Las cosas podían haberse hecho de otra manera», protesta Griñán

"El Banco de España hubiera podido conminar más a Cajasur. Las cosas podrían haberse hecho de otra manera", afirmó rotundo Griñán, dispuesto a ponerle precio a ese error: "De haber sido así, el coste para el erario público hubiera sido cero; es decir, 392 millones menos de lo que ahora va a suponer su adjudicación a la BBK", ya que la fusión con Unicaja no utilizaba fondos del FROB sino del Fondo de Garantía de Depósitos, constituido con dinero de las propias entidades financieras.

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