Gordon Brown recibe duras críticas de su ministra de Comunidades
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Las críticas a la labor del primer ministro británico, Gordon Brown, alcanzaron hoy un nuevo nivel con un ataque directo de su ministra para las Comunidades, Hazel Blears, a la forma de hacer política del actual Gobierno laborista.
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En un artículo que publica el dominical "The Observer", Blears critica el "lamentable" fracaso del Gobierno a la hora de comunicar sus objetivos políticos y advierte de las "terribles" consecuencias de continuar con una política equivocada que malinterpreta el estado de ánimo y los instintos de los ciudadanos.
Blears explica que una prueba de esa falta de sintonía con los votantes es lo ocurrido con el tema de los "ghurkas" - los guerreros nepalíes que lucharon con el Ejército británico-, a los que el Gobierno laborista intentó restringir el derecho de residencia en el país por el que estuvieron dispuestos a dar su vida.
Brown sufrió otro fracaso el pasado jueves, cuando, para evitar la humillación de una segunda derrota en la Cámara de los Comunes con los votos de un sector rebelde de su propio partido, decidió aplazar su plan de reforma del sistema de remuneración de los diputados.
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En su artículo en "The Observer", Blears afirma que los votantes simplemente ya no creen muchos de los anuncios políticos que el Gobierno laborista hace a bombo y platillo, pero de los que luego se ve obligado a desdecirse.
En clara alusión a Brown, ridiculizado en el Parlamento por su decisión de anunciar en Youtube su proyecto de reforma de la remuneración de los parlamentarios, la ministra explica que el uso de los nuevos "medios de comunicación" por los políticos es mucho menos eficaz que los métodos tradicionales de hacer campaña.
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"Utiliza YouTube si quieres, pero eso en ningún caso puede sustituir a la vieja práctica de llamar a la puerta (de los electores) y montar un tenderete en el centro de una ciudad" para explicar la propia política, escribe Blears, una dirigente laborista adscrita al ala más próxima al ex primer ministro Tony Blair.
"Con demasiada frecuencia anunciamos nuevas estrategias, planes quinquenales o lanzamos nuevos documentos, que nos han costado muchas veces muy caros y que el público recibe con incredulidad en el mejor de los casos si no con clara hostilidad", se queja Blears.
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Para la ministra, "cualesquiera que sean los problemas que plantea la recesión, la respuesta no son más documentos o grandes discursos".
Tras lanzar esas andanadas en el periódico, la ministra publicó hoy un comunicado negando "cualquier sugerencia" de que lo que afirma en el artículo pueda interpretarse como una "crítica" a Brown, a quien dijo apoyar "al cien por cien".
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"Apoyo las decisiones colectivas que adoptamos como Gobierno. Mi artículo simplemente hace un llamamiento al Partido Laborista para que salga a la calle a hacer campaña contra los tories (conservadores) en las próximas elecciones locales y europeas", explica Blears.
Con amigos como éstos, quién necesita enemigos, debe de pensar estos días el primer ministro, que está recibiendo más ataques de sus propios correligionarios que de la oposición.
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La intervención de Blears, después de las críticas públicas de dos ex ministros del Interior David Blunkett y Charles Clarke, y sin duda mucho más punzante por venir de un miembro del actual Gobierno, parece indicar, según los observadores, una erosión de la disciplina laborista.
Y esto es fatal para el primer ministro y su partido en vísperas de las elecciones europeas y las locales británicas del próximo 4 de junio y cuando falta poco más de un año para las próximas generales de este país.
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Si, como se prevé, los laboristas sufren un descalabro en los comicios más inmediatos, aumentará la presión para intentar cambiar de líder del partido antes de las generales, y lo único que puede salvar a Brown es que apenas quedará tiempo para hacerlo.