Este artículo se publicó hace 14 años.
González abandera el cierre de filas con Zapatero
Socialistas de todas las generaciones y tendencias protagonizan un acto de unidad en apoyo del Gobierno
Gonzalo López Alba
El 13 de mayo Felipe González envió un sms a José Luis Rodríguez Zapatero con el siguiente texto: "Hoy más que nunca tienes mi apoyo. Gobernar es esto. Tomar decisiones difíciles y duras". El día anterior el presidente del Gobierno había anunciado ante el Congreso el plan de ajuste para reducir el déficit público.
Esta anécdota, revelada por Zapatero en presencia de González, resultaba anticipatoria de la exhibición de cierre de filas en que se convirtió ayer la jornada conmemorativa del centenario del primer acta de diputado obtenida por un socialista español: Pablo Iglesias, fundador del PSOE y de UGT.
La convocatoria estaba cargada de morbo porque Zapatero y González no se sentaban en público a la misma mesa desde 2002, con ocasión de la presentación de El relevo (Taurus), y entonces el ex presidente del Gobierno espetó a su sucesor, aún en la oposición: "Está por ver que tenga un proyecto con contenido e ideas".
Eran tiempos distintos y cada circunstancia exige una actitud, como explicó González con claridad meridiana: "Distancia crítica cuando las cosas van bien. Cuando las cosas van mal, militancia pura y dura". Lejos de ahogarse, el eco de esta consigna reverberó en la ovación en que estalló la sala Ernest Lluch del Congreso, la de más aforo de la Cámara, repleta hasta el último rincón por una abigarrada mezcla de socialistas de todas las generaciones y tendencias.
El ex presidente, que conserva todo su predicamento, sólo dejó resquicio para una crítica, y de tono constructivo. Fue cuando subrayó que Zapatero ha planteado un ajuste duro "por responsabilidad", pero de manera "no suficientemente explicada". "Eso sí se lo reprocho", dijo González, que dedicó la mayor parte de su intervención a intentar llenar esa laguna.
A partir de ahí, se convirtió en el primer pretoriano de su sucesor: "La peor desgracia que le podía pasar a España es dejarla en manos de una oposición irresponsable como esta. Y tenemos dos años, José Luis, y dos años en la época en la que vivimos es un camino infinito. En dos años puede pasar de todo, hagamos que pasen las cosas bien. Vamos a taparnos la yugular para que esperen no dos años, sino otros seis más".
Su aval a la política de Zapatero llegó a la defensa "sin ninguna duda" de la congelación de las pensiones, como dijo en TVE, o a la idea de "ligar salario con productividad". "Este partido se mueve cuando ve dificultades y tiene un propósito. Así que tenemos que tener un propósito claro y movilizarnos", afirmó González.
Ese propósito lo sintetizó el presidente del Gobierno en una expresión: "La tercera modernización económica de España". Para lograrlo, Zapatero subrayó que es "fundamental mantener por encima de todo el sentido de la unidad" que, según ensalzó, ha acreditado el Grupo Parlamentario Socialista a lo largo de su historia, junto a otras cualidades como "la lealtad, la disciplina, la coherencia y el pleno apoyo al Gobierno".
Ese apoyo se lo había garantizado horas antes el portavoz parlamentario, José Antonio Alonso: "El grupo está para apoyar al Gobierno. Le debe una lealtad indudable". Y al coro unitario se sumaron cuantos tuvieron oportunidad de subir a la tribuna, como Gregorio Peces-Barba, primer socialista en presidir el Congreso tras la Transición: "En estas horas complicadas y de crisis, debemos estar como siempre unidos en torno a nuestro partido y a nuestro Gobierno". Su sucesor y rival de Zapatero por el liderazgo del PSOE en el año 2000, José Bono, no quiso ser menos: "Somos y debemos seguir siendo de cemento en el apoyo al Gobierno".
Las reformasCon este aval de unidad socialista, Zapatero reafirmó su determinación de "cambiar las cosas que hay que cambiar" para "salir de la crisis más fuertes". Los cambios inmediatos los resumió en tres: la reforma laboral, que según dijo será "sustancial" en su contenido; la reestructuración de las entidades financieras, "que está prácticamente completada"; y la modernización del sistema de pensiones, "decisivo" para garantizar esa prestación en el horizonte de 15 años.
Para aplacar los temores de inestabilidad parlamentaria, dejó un apunte sobre la actitud de CiU ante los Presupuestos para el año próximo, a pesar de que su portavoz ha anunciado que votará en contra: "Yo no estaría tan seguro de lo que va a hacer...". Por lo bajo se escuchó apostillar a González: "¡Ni yo!".
Y, como ejemplo de que la adversidad no altera sus convicciones, a pesar de la ruptura del diálogo social y de la huelga de funcionarios, Zapateroque tiene el carné de UGT hizo una encendida defensa de los sindicatos frente a "la demagogia de quienes los criminalizan políticamente".
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