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Gobierno y PP se zarandean a cuenta de los parados

Zapatero defiende la subida de impuestos para evitar endeudar más al Estado

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Cuando se anuncian catástrofes, y poco menos que las siete plagas que eso fue lo que hizo Mariano Rajoy la pasada semana en el Congreso, ya quedan pocos malos agüeros que hacer. Al PP le ha pasado algo de eso y se percibió ayer en la sesión de control en el Senado. Pío García-Escudero, el portavoz de los conservadores, reiteró ante José Luis Rodríguez Zapatero los mismos argumentos que su partido ha defendido para rechazar los Presupuestos Generales del Estado (PGE). Pero además hurgó en un terreno que el Ejecutivo siente como propio: los desempleados. García-Escudero acusó al presidente de "utilizar a los parados para tapar sus malas gestiones". Zapatero se lo desmintió con acritud: quien los usa es el PP, "no el Gobierno ni el PSOE".

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El portavoz del PP buscó el aval de los malos datos del paro. El Ejecutivo señaló no puede "presumir" de pagar las prestaciones de desempleo: "Es su obligación, no su mérito". Cada persona que pierde su empleo añadió prueba "el más absoluto fracaso de la política económica del Gobierno". García-Escudero remató su dibujo presentando a Zapatero con los brazos caídos, inerme. Vago, incluso: "Ha tirado la toalla frente al aumento del desempleo. Hay quien piensa que lo único que le importa no es la paz social, sino que le dejen en paz".

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"Descreo de los gobernantes que sólo piensan en el hoy"

Para Zapatero, su Gobierno no demuestra inacción, sino que exhibe "sensibilidad política y social", esa que "no tienen" los conservadores. El presidente recordó que lo que no es una "obligación" para el Gobierno es "ampliar la prestación por desempleo", como ha hecho, aprobando la ayuda de 420 euros para los que se han quedado sin subsidio. También se sirvió de la buena noticia de ayer, que Renault salva los puestos de trabajo en su planta de Valladolid, algo posible gracias a los "recursos públicos" puestos por el Estado y la Junta de Castilla y León. Frente a eso, el PP "no ha propuesto medidas".

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Escudero aprovechó la sesión de ayer para anunciar el veto del PP en el Senado a los PGE, una "monumental antología del disparate". Zapatero se sonrió: "No es una novedad".

El presidente optó por aplicarse en pedagogía en su respuesta al portavoz de CiU, Jordi Vilajoana. Defendió la "necesaria reforma fiscal" para mantener la protección social y evitar que la deuda pública se dispare. Zapatero admitió que "habría sido más cómodo políticamente" endeudar más al Estado y no tocar los impuestos, como sugirió CiU. Pero eso comprometía a gobiernos futuros. "Descreo de los gobernantes que sólo piensan en el hoy", dijo, asumiendo el papel de estadista.

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