Este artículo se publicó hace 15 años.
El Gobierno cambia de cara para frenar a los antiBolonia
Gabilondo elogia a Cabrera y no menciona a Garmendia en su toma de posesión
"Escuchar". Esa será la primera medida anunciada por el nuevo ministro de Educación, Ángel Gabilondo. El ex presidente de los rectores aprovechó su discurso de toma de posesión para dejar clara la nueva estrategia gubernamental para combatir a los que se oponen al proceso de Bolonia. "Necesitamos a los estudiantes", enfatizó ante una atenta audiencia, entre la que se encontraba la anterior responsable de universidades, la ministra de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia.
Su carácter reflexivo y relativista es su principal valor para frenar la revuelta estudiantil contra una reforma del campus que el Gobierno considera "irreversible".
El nuevo ministro ha reclamado siempre más dinero para la educaciónGabilondo elogió precisamente el "estilo presente y discreto" y el "compromiso sin estridencias" de su predecesora en la cartera, Mercedes Cabrera. "Algo que yo no sé hacer", añadió. No dedicó agradecimientos a Garmendia, quien le precede en la gestión de la política universitaria.
Críticas de mercantilizaciónLa entrada de las universidades en el Espacio Europeo de Educación Superior (EEES), más conocido por el nombre de la ciudad en la que se firmó en 1999, Bolonia, es el principal reto que afronta el Ministerio de Educación. A partir del curso 2010/2011, los títulos de 46 países estarán homologados. El objetivo del plan es el fomento de la movilidad entre alumnos y profesores.
Su carácter relativista es su valor para frenar la revuelta estudiantilEl proceso supondrá una renovación pedagógica de las carreras, más enfocadas al mercado laboral, lo que ha provocado críticas por una supuesta mercantilización de la universidad pública.
La opinión del nuevo titular de la cartera de Educación respecto a la relación entre la empresa y la universidad es coherente con Bolonia. "A nosotros [declaró a Público como rector de la Universidad Autónoma de Madrid] nos financia las becas de investigación el grupo Santander y digo con toda claridad que respetan cualquiera de nuestras decisiones. Hoy en día, hacer un esfuerzo en la universidad es una inversión", respondió respecto a las acusaciones de grupos antiBolonia de que las empresas obligarían a los rectores a condicionar sus planes de estudio a sus intereses.
"Sin ellos, no tenemos nada que hacer", declaró en referencia a los diferentes componentes del engranaje universitario: profesores, empleados y, sobre todo, alumnos. El nuevo ministro definió su estrategia a favor del "discurso diverso, homogéneo, pero no uniforme". Gabilondo señaló a este diario en una entrevista reciente la "inquietud" que le producían los fundamentalismos en contra de Bolonia, "tanto como los que son a favor".
El ministro de Educación, cuya carrera ha crecido como catedrático de Metafísica en la universidad pública, es un creyente absoluto del valor de lo público cuando se habla de política educativa. "Desarrollo social, integración social, ascenso social, mejora de oportunidades... El reto de las políticas educativas es generar bienestar", destacó este miércoles en su breve discurso. Gabilondo se ha visto, fruto de esas convicciones, detrás de pancartas y delante de micrófonos para reclamar de manera reiterada más financiación para educación. Ahora tendrá la oportunidad de equiparar los porcentajes de inversión española en educación a las medias de la OCDE.
Resaltó la "necesidad" de contar con una secretaría de Estado de Universidades, que hasta la remodelación ministerial ocupaba en Ciencia el ex rector de la Universidad de Barcelona, Màrius Rubiralta, cuya continuidad no está clara pese al abrazo que se dedicaron tras la toma de posesión.
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