Este artículo se publicó hace 15 años.
General Motors presenta su reestructuración en Canadá y solicita más ayudas públicas
La subsidiaria canadiense de General Motors presentó ayer un plan de reestructuración de sus operaciones en el país y solicitó ayuda económica a las autoridades canadienses para seguir produciendo vehículos en Canadá.
General Motors Canadá no especificó cuánto dinero público solicitó a los gobiernos federal y de la provincia de Ontario, pero se comprometió a mantener entre el 2009 y el 2014 una cuota de producción en el país de entre el 17 y el 20% de lo que produzca en EE.UU.
En diciembre, Canadá se comprometió a proporcionar al sector del automóvil doméstico una quinta parte de la ayuda que recibieran de las autoridades estadounidenses.
Tras el compromiso inicial de Washington de entregar 17.400 millones de dólares a GM y Chrysler, Canadá dijo que ayudaría a las dos empresas con algo más de 3.000 millones de dólares.
El martes, General Motors presentó su plan de reestructuración en Estados Unidos y dijo que la cifra final de ayuda pública se podría situar en los 30.000 millones de dólares.
Esta cantidad colocaría las ayudas canadienses a General Motors en torno a los 6.000 millones de dólares.
GM Canadá sí señaló que necesita la ayuda pública, y concesiones del sindicato Canadian Auto Workers (CAW), para poder pagar pensiones y prestaciones sanitarias a sus empleados y jubilados.
"Para asegurar su viabilidad, GM Canadá debe responder los significantes costes legados relacionados con las pensiones de jubilados y la sanidad y asegurar que sus salarios y prestaciones son competitivas con respecto a la de sus competidores en Estados Unidos", afirmó General Motors.
El ministro de Industria canadiense, Tony Clement, se mostró satisfecho con la promesa de General Motors de mantener sus operaciones en el país sin el cierre de más plantas.
Por su parte, el ministro de Desarrollo Económico de Ontario, Michael Bryant, calificó de "positivo" el plan del fabricante estadounidense.
General Motors Canadá dijo que para mediados del 2009 su plantilla se situará en torno a las 8.000 personas (12.000 menos que hace cuatro años) y que para el 2010, con el cierre de la planta de transmisiones de Windsor, esa cifra se reducirá aún más hasta los 7.000 empleados.
La empresa también se comprometió a reducir un 10 por ciento los salarios de sus ejecutivos.
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