Este artículo se publicó hace 13 años.
Al galope por el centro de Sevilla
Un caballo desbocado crea una situación de pánico en la ciudad
María Serrano
Tan sólo fueron 15 minutos; los suficientes para que las calles del centro de Sevilla vivieran una situación de auténtico pánico. El caballo de un cochero se desbocó y recorrió unos 1.000 metros entre la Avenida de la Constitución y la Plaza Nueva absolutamente descontrolado. El cochero resultó herido, con una fractura de nariz y contusiones en las piernas, y los ciudadanos que caminaban por la calle tuvieron que refugiarse en los soportales y las pocas tiendas que había abiertas. Eran las nueve y cuarto de la mañana. “Todo sucedió muy rápido”, explica a Público Antonio, el ayudante del cochero, horas después de sufrir el accidente.
Como cada mañana, Iván, de 35 años, y su compañero, Antonio, de 50, preparaban el carruaje para pasear a turistas. Mientras Antonio se encontraba limpiando al animal, una de las anteojeras se desplazó de su sitio, lo que hizo que el caballo se distrajera y se espantara por la visión total que tenía. El cochero salió disparado tras el animal intentando retenerlo. “Fue un episodio muy complicado, yo veía desde lejos cómo ese hombre recorría arrastrado por el suelo varios metros, pero no pudo retenerlo”, afirma Juan María Cano, un quiosquero de la zona. “Escuché mucho ruido en la calle. Menos mal que fue a esa hora, si no el número de heridos sería bastante mayor”, insiste.
“Cuando escuchamos el trote cada vez más cerca parecía que venían 20”
Los comerciantes, consternados por lo sucedido, vieron cómo el caballo se dirigía minutos después a una sucursal del BBVA. “Cuando escuchamos el trote cada vez más cerca parecía que venían 20”, cuenta Pepa, trabajadora de la entidad. “Las personas estaban tan asustadas que se tiraron directamente al suelo del banco y varias han sufrido contusiones”, añade. Segundos después, el animal chocó contra una de las cristaleras laterales del edificio. Cuando parecía que, después del impacto, el caballo se había sosegado, salió de nuevo galopando en dirección contraria, hacia la avenida principal. Allí causó desperfectos a varias motocicletas que estaban aparcadas.
La tensión continuaba por las calles. Jessica vio desde la cafetería en la que trabaja “cómo el caballo surgió como una aparición. Todos lo clientes estaban mudos. Pasó rápido y veloz”. El caballo realizó su andadura con el carruaje a cuestas hasta que finalmente varios cocheros que se encontraban al final de la avenida salieron al rescate del espantado animal. Rafael Salas, presidente de los cocheros de Sevilla, lamentó “el grave accidente”. La calma llegó 15 minutos después. Anna, una estudiante francesa de Erasmus, hablaba con sus compañeros sobre lo sucedido: “Iba para clase y no podía creer lo que estaba viendo”. El caballo había calmado ya sus fuerzas y se encontraba atado a una farola, cerca de la parada del tranvía. Allí esperó a un camión, que lo llevó de nuevo a su cuadra para curar los rasguños que le provocaron su desbocada andadura.
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