Este artículo se publicó hace 15 años.
Fred Vargas actualiza el miedo a los vampiros en su última novela
La autora francesa Fred Vargas, considerada como la "reina de la novela negra europea", ha asegurado hoy que ha escrito por diversión "Un lugar incierto", obra que actualiza el "miedo a los vampiros" y que saldrá al mercado en octubre próximo, editada por Siruela.
La escritora, cuyo nombre verdadero es Frederique Audoin, ha explicado en una rueda de prensa celebrada en la Semana Negra de Gijón, que entiende a la literatura como "un medicamento contra la angustia" y la que diferencias de géneros se establecen por necesidades del mercado.
Su última novela es una historia de vampiros con una trama policial basada en la información que le dieron dos personas que "todavía creen en la existencia" de estos entes y que se sintió impulsada a escribirla por "puro divertimento" y para poner de manifiesto "el miedo de la gente ante cualquier superstición".
A la autora parisina, cuyo apellido artístico "Vargas" ha copiado del personaje que interpreta Ava Gardner en "La Condesa descalza", se la considera actualmente el máximo exponente de la literatura policiaca de Europa con las nueve novelas que ha escrito, todas publicadas por Siruela, con excepción de la primera, que ha editado Espasa.
Sus libros son buscados por los amantes del género y su escritura, de claro estilo europeo, muestra "la cara más amable" de la literatura policiaca frente a lo descarnado de las obras de los autores estadounidenses, aunque en el fondo hablen de problemáticas similares.
Vargas se ha manifestado convencida de que toda la literatura puede sintetizarse en el planteamiento de un problema, de un conflicto, que encuentra una solución, en un esquema que necesariamente tiene que tener "musicalidad" para que funcione.
El sistema funciona para todos los géneros; la diferencia radica en qué tipo de problema es el que abre el juego para que se desarrolle la historia y el resto son "etiquetas" que sirven para clasificar los libros en las estanterías de los comercios, según ha manifestado.
Para la narradora, las historias de novela negra nacen en un conflicto social y su resolución "suele ser compleja y angustiosa" porque en realidad la respuesta que pondría a todo en orden sería "la revolución" y eso es inabarcable desde el punto de vista literario.
La novelista reniega de los nombres franceses para los personajes de sus obras porque "no tienen una sonoridad tan atractiva" como los alemanes o los de origen judío.
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