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Forenses creen que la muerte de la primera dama nigeriana podría haberse evitado

EFE

Dos forenses que han declarado hoy en el juicio que se celebra contra un cirujano imputado en la muerte de la esposa del que fuera presidente de la República de Nigeria, Stella Iubayelea Obasanjo, tras una liposucción creen que con un tratamiento adecuado podría haberse evitado su fallecimiento.

"Creo que se le podría haber salvado la vida", aseguró un patólogo forense del Instituto de Medicina Legal de Málaga, que destacó que a la paciente no se le proporcionó el tratamiento adecuado y que unas diez horas antes de su muerte se podría haber detectado el problema.

Tras estudiar todos los antecedentes médicos y tras la pertinente autopsia, este perito mantiene que con una simple analítica de sangre y una ecografía abdominal se podría haber detectado que la mujer estaba en shock y se habrían tomado las medidas oportunas antes de que el cuadro fuese agudo.

Además, afirmó que "sólo con no haberle retirado el suero y haberle dado más líquido, la mujer hubiese podido salvarse", y agregó, que se le facilitó una pastilla tranquilizante que pudo agravarle su cuadro.

Para este forense la situación era clara ya que la mujer dejó de orinar y pese a ser una mujer hipertensa, no conseguían subirle la tensión durante dos días.

El juicio que se está celebrando en el Juzgado de lo Penal número 6 de Málaga y el médico imputado por homicidio imprudente mantiene que la intervención y el postoperatorio fue "absolutamente normal".

Esta mañana han declarado siete médicos en calidad de peritos, dos de ellos han reconocido que quizás si a la paciente se le hubiese traslado urgentemente a otro centro hubiese mejorado su estado, y otros dos mantienen que se hubiese salvado seguro con un buen tratamiento.

El resto de médicos, aportados con la defensa del imputado, creen que el traslado no fue tardío y que todos los síntomas que padecía la paciente eran los normales para una mujer que ha sufrido una liposucción.

El fiscal solicita dos años de prisión y cinco de inhabilitación para el facultativo.

La entonces primera dama, que falleció con 59 años, acudió por primera vez a la clínica Molding Clinic de la localidad malagueña de Marbella el 31 de agosto de 2005 para someterse a una operación de cirugía estética.

El médico la sometió a una lipoescultura ultrasónica de abdomen, epigastrio, dorsal, cuello y francos, pero durante la intervención presuntamente "no controló correctamente la cánula con la que extraía la grasa" y sufrió diversas lesiones.

Durante el postoperatorio, estas lesiones le produjeron una perdida masiva de sangre y la salida de heces en la cavidad peritoneal, además de una parálisis intestinal refleja como consecuencia de la perforación intestinal.

La mujer fue empeorando durante los dos días siguientes a la intervención y acabó desarrollando un cuadro de choque séptico e hipovolémico y, según el fiscal, "el médico no diagnosticó esta situación" y le administró un tratamiento incorrecto para su cuadro clínico, pese a "presentar claros signos comunes a ello".

Cuando la situación era "crítica", el acusado determinó trasladarla al hospital USP, también ubicado en Marbella, y la primera dama ingresó en dicho centro a las 2.40 horas donde, "a pesar de poner los medios necesarios, no se pudo evitar el fallecimiento, que tuvo lugar a las 3.45 horas".

Sobre el traslado de la paciente, el fiscal también destaca que, en vez de llevarla en algún vehículo de la compañía "Helicópteros Sanitarios", especializados en este tipo de traslados, el médico determinó llevarla en un vehículo de la propia clínica.

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