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El FMI teme que los recortes dinamiten Grecia

Pide políticas equilibradas para no romper la sociedad

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Hasta una organización como el FMI, que receta auste-ridad para todo con la misma alegría que los malos médicos antibióticos y antiinflamatorios, teme que la ortodoxia del recorte lleve a un estallido social. "Grecia tiene, con toda seguridad, que reducir más su déficit presupuestario, pero la tolerancia social y el apoyo político tienen su límite y nos gustaría estar seguros de lograr el equilibrio justo entre ajuste fiscal y reformas", afirmó ayer Paul Thomsen, jefe de la misión del Fondo Monetario Internacional en Grecia, en una entrevista con el diario Kathimerini.

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Para lograr ese equilibrio, se trataría ahora de bajar el ritmo de los recortes y emplearse a fondo en la aplicación de reformas para mejorar la salud de la economía griega. No obstante, Thomsen aseguró que es necesario llevar a cabo una consolidación fiscal y unas reformas "dolorosas".

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El FMI hace suyo cada vez con mayor convicción el nuevo mantra de los gurús de la economía mundial: sin crecimiento, las medidas de auste-ridad serán inútiles para luchar contra el déficit. "España entrará en un círculo vicioso si Alemania impone más austeridad", decía el economista estdounidense Nouriel Roubini en Davos, durante el Foro Económico Mundial. En el mismo foro, el financiero George Soros afirmaba que "los recortes presupuestarios y las reformas estructurales por sí solas no serán la solución, sino que generarán tensiones económicas y políticas que pueden destruir la UE", aseguró.

Sin embargo, pese al temor al estallido social, Thomsen no olvida la ortodoxia y siguió presionando para que Grecia tome las medidas necesarias para reducir los sueldos e incluso rebajar el salario mínimo (ahora es de 750 euros mensuales brutos) para hacer la economía más competitiva.

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