Este artículo se publicó hace 15 años.
Fernando Torres afirma "mi sitio está en Anfield"
Fernando Torres cree que "todo jugador de fútbol tiene un lugar en el mundo en el que es feliz y juega bien", y que para él ese sitio es el estadio de Anfield, donde cada partido en la que se viste la camiseta del Liverpool le hace "sentir bien".
Así lo afirma el delantero español en una entrevista que publica hoy el suplemento de fin de semana del periódico británico "The Daily Telegraph", después de los rumores de que el club podría estar interesado en venderlo, algo que llevo al técnico Rafael Benítez a amenazar esta misma semana con su dimisión.
Torres repasa su estancia en la Liga inglesa y recuerda que aunque su perfil aniñado suscitó inicialmente ciertas dudas entre los seguidores del Liverpool, pronto se los metió en el bolsillo.
"Siempre he parecido más joven", afirma sobre su aspecto.
"La gente pensaba: no puede jugar al fútbol. Lo utilicé a mi favor. En la primera temporada aquí es cierto que el 80 por ciento de los jugadores de la Premier no me conocían, así que podía aprovecharme de mi apariencia. Fue más fácil para mi, porque no sabían qué podía hacer. Pensaban que quizá podían acosarme verbalmente y asustarme", explica.
La admiración que levanta este español en Inglaterra, donde muchos le consideran el mejor goleador del mundo, se lo ha ganado a pulso, en 66 apariciones y 47 goles con el Liverpool, lo que le ha convertido en el jugador de los "reds" que más camisetas vende y en el espejo en el que se miran muchos niños en este país.
De su infancia, Torres señala que nunca soñó que jugaría para el cinco veces campeón de Europa, en una actitud que ha mantenido el resto de su vida: "siempre vivo en el presente. Nunca sueño con lo que podría ser. ¿Por qué? Por qué podría no pasar".
Su paso del Atlético de Madrid al Liverpool suscitó casi una revolución entre los seguidores colchoneros, pero "fue la decisión correcta", asegura el jugador: "después de siete temporadas allí nunca jugué en Europa y necesitaba una solución".
El cambio fue más fácil de lo esperado para un Torres que no hablaba inglés, gracias a la presencia de Benítez y a que hay en la plantilla varios jugadores cuya lengua materna es el español.
Antes de vivir en Liverpool, recuerda Torres, "veía a Rafa Nadal o Fernando Alonso y pensaba que eran brillantes, pero eso era por que no entendía nada. Ahora veo que hablan como yo: no muy bien".
Benítez le insiste en que el inglés debe ser la lengua que utilice en el vestuario de Anfield, pero "El Niño" reconoce que usa su lengua materna ocasionalmente como código.
"Si Albert Riera y yo queremos hablar de una jugada, lo hacemos en español, así la defensa contraria no nos entiende y hasta ahora no hemos encontrado ningún defensa inglés que hable español", dice.
De España echa de menos el jamón, aunque se lo traen con frecuencia de casa, y asegura que tanto él como su mujer Olalla Domínguez, quien recientemente dio a luz a Nora -su primera hija- se han adaptado bien a la vida en el norte de Inglaterra.
Lo que más le gusta de Inglaterra es que puede disfrutar más de su privacidad que en España, pese a que es igualmente conocido.
"Intento mantener mi vida privada al margen. Intento vivir una vida lo más normal posible, porque soy normal. Nací en un lugar de clase trabajadora en España, mi padre ha trabajado todos los días de su vida y a mí no me gusta ser engreído o ir a fiestas y a eventos, o que se me vea por ahí", destaca.
"No me gusta que la gente hable sobre mi. Prefiero que nadie hable de mi. Prefiero estar en casa jugando a la PlayStation y estando tranquilo", agrega.
"No me gusta la gente que cuando son famosos cambian su estilo de vida, así que intento ser la misma persona de siempre. No me gusta comprar coches o ropa lujosa. Para mi, lo mejor es seguir con la gente que conocías cuando no eras famoso", concluye.
Su adaptación ha llegado a tal punto que cuando vuelve a Madrid tiene problemas para conducir por la derecha.
Preguntado si eso significa que se va a quedar en Inglaterra para siempre, contesta: "quién sabe, pero para los próximos cuatro años sí, definitivamente".
Torres mira al futuro y pone los ojos en el Mundial de Sudáfrica: "si puedo tocar la copa, será el mejor momento como futbolista. Después de eso, no hay nada mejor que puedas conseguir".
Su temor son las altas expectativas puestas en la selección en España, especialmente tras su victoria en la Eurocopa 2008, una presión que el delantero considera que puede perjudicar al equipo.
No obstante, no rechaza el desafío: "creo que se tiene una oportunidad en la vida de ganar un Mundial y quizás esta sea nuestra oportunidad. Tenemos buenos jugadores, que juegan bien juntos y que llevan juntos tres o cuatro años. Si perdemos esta oportunidad, quizá se acabe para nosotros. La presión es muy grande".
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