Fariñas sigue su ayuno tras ser hospitalizado
Los cuatro presos cubanos abandonan la huelga de hambre
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Guillermo Fariñas retomó su huelga de hambre y de sed tras permanecer varias horas ingresado en dos centros hospitalarios de Santa Clara. El periodista y disidente mantiene así su pulso contra el Estado, al que exige la inmediata liberación de 26 prisioneros políticos que sufren graves trastornos de salud.
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"A las diez de la mañana tuvo una pérdida de conocimiento, se encontraba muy débil. Le trasladamos de urgencia al hospital", relató a Público su madre, la enfermera Alicia Hernández. "Le atendieron rápido, le pasaron un catéter, le hicieron análisis y le diagnosticaron un coma hipoglucémico y ligera acidosis metabólica. Le hidrataron y le medicaron. Guillermo permanecía en estado semiinconsciente".
Tras las primeras atenciones, los médicos decidieron trasladar al ex preso político a la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital provincial de la ciudad. "Pero allí los otros médicos diagnosticaron que se había estabilizado y que bastaría con recibir alimentación por vía parenteral por unas horas. Guillermo, ya despierto, decidió quitarse el catéter y volver a casa. A las dos de la tarde estábamos de vuelta", concluye Hernández.
De vuelta a la octava jornada en huelga de hambre y de sed. "Me mantengo firme", repitió a sus compañeros de lucha. "Guillermo es un cabezadura. Pero la disposición del gobierno de los hermanos Castro es la misma que tuvo el caudillo Franco frente a toda Europa y frente al Papa cuando le pidieron que no fusilara a aquellos cinco hombres en 1975", se queja Elizardo Sánchez, líder del movimiento de derechos humanos de la isla. "Su posición es implacable. Los 26 presos enfermos han cumplido siete años de su condena sin ninguna mejora carcelaria, incluso alguno sigue confinado en solitario", se lamentó Sánchez, que se opone a la huelga de su amigo Fariñas.
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Fariñas se ha quedado solo en su pulso frente al Estado
Sin embargo, Fariñas se ha quedado solo en su pulso frente al Estado. El último de los cuatro presos de conciencia que mantenía la protesta, Fidel Suárez, la abandonó ayer. Los otros disidentes encarcelados, no reconocidos como presos de conciencia, han anunciado el fin de las distintas huelgas y ayunos, tras los castigos a los que han sido sometidos.
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Fariñas plantó cara al Estado cubano tras el fallecimiento de Orlando Zapata, que permaneció 85 días en huelga de hambre.
La campaña que el Gobierno cubano emprendió contra Zapata, cuyo momento cumbre fue la emisión en prime time de un reportaje televisivo, provocó la reacción indignada de Reina Tamayo. La madre del preso muerto por inanición insiste en que se trató de un "asesinato premeditado" y que a su hijo se le dejó de suministrar agua durante 18 días. Tamayo fue grabada con una cámara oculta en conversaciones privadas y su teléfono fue pinchado por la policía, que luego suministró grabaciones de imágenes y sonido a la televisión.