Este artículo se publicó hace 16 años.
Familiares con muchas preguntas
"Lo siento, pero no puedo perdonar que hayan provocado la muerte de mi marido"
Sirley Mani Mukes asegura que no puede perdonar: "Lo siento, pero, me digan lo que me digan, y sea cuál sea la causa final del accidente, no puedo perdonar que hayan provocado la muerte de mi marido". Así se expresa esta joven, que aquel fatídico 22 de agosto se quedó viuda, cuando su marido no regresó a Gran Canaria tras una viaje de negocios.
Sirley asegura que la compañía no le ha "tratado mal" pero eso no le "importa demasiado". Ahora siente pánico a volar. Hasta el momento, sólo ha cobrado la indemnización y no ha decidido si emprenderá acciones legales contra los responsables de la tragedia.
Este dolor y sentimiento de pérdida es el nexo común entre todos los familiares que perdieron a alguien en aquel accidente del vuelo 5022 de Spanair. "No tengo muy claro qué dice ese primer informe, lo único que sé es que, ahora, mi hija Patricia debería estar conmigo y no fallecida", afirma indignado Rafael Morillo. En su opinión, "se dieron todas las circunstancias nefastas: era el mes de agosto, todo el mundo tenía prisa y algo pasaron por alto que deberían haber controlado. Quiero que sigan con la investigación y alguien nos dé una respuesta real de lo que ocurrió ese día".
Carlos Ojeda, hermano de otra víctima, se expresa en términos muy similares. Pide que se llegue hasta el final de la investigación para que "nadie tenga que pasar por este trago; para que, por lo menos, nos quede el consuelo de saber la verdad, aunque eso no nos vaya a consolar ni a devolver a nuestros seres queridos".
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