Este artículo se publicó hace 14 años.
Una familia sin hogar recibe acogida en un palacio del rey de los belgas
Una familia afgana será acogida desde hoy en uno de los palacios que usa el rey de los belgas, Alberto II, por iniciativa del propio monarca ante el problema que tiene el país para dar cobijo a las personas sin techo, según ha informado a Efe un portavoz del Gobierno.
Está previsto que esta tarde, un matrimonio con dos hijos se instale en el castillo de Ciergnon (al sureste del país), que forma parte del patrimonio real, pero no es uno de los bienes privados del Rey, sino que pertenece al Estado, que lo pone a disposición de la Familia Real.
Esta familia llegó hace varios meses a Bruselas donde fue acogida tras pedir asilo, pero desde hoy y "hasta que su situación mejore", según ha explicado un portavoz del Gobierno, se instalarán en este castillo, que ha sido restaurado en unos trabajos que han durado cerca de tres meses.
Este hecho es algo "inédito", ha aseverado el portavoz, que ha hecho hincapié en que es "simbólico" que el monarca ofreciera una de las dependencias que tiene a su disposición para acoger a una familia.
Esta iniciativa fue propuesta por el propio monarca después de que el secretario de Estado de Integración Social, Philippe Courard, demandase a los partidos políticos del país una respuesta al problema de los sin techo, entre los que hay numerosos demandantes de asilo, como es el caso de la familia afgana.
La ley belga obliga a la Administración a garantizar el alojamiento de los solicitantes de asilo mientras se estudia su petición, por lo que, según ha indicado el portavoz del Ejecutivo, en los próximos meses otra familia, de la cual todavía no se tienen datos, ocupará otro apartamento del palacio, también puesto a disposición del monarca, y que está siendo restaurado.
En diciembre, el Gobierno puso en marcha un plan de urgencia para atender a unas setecientas personas, y se crearon nuevas plazas de acogida para que entre 16.000 y 17.000 personas tuvieran un lugar donde pasar la noche.
A finales del pasado año, Bélgica tenía pendientes cerca de 22.000 solicitudes de asilo que todavía no tenían cobijo, según detalló el primer ministro, Yves Leterme.
Por ello y ante la saturación de los centros de acogida de solicitantes de asilo, las autoridades belgas recurrieron al pago de habitaciones de hotel, pero la falta de recursos suficientes ha hecho que muchos tengan que refugiarse en estaciones de ferrocarril y metro.
Esto contrasta con la propuesta que esta semana hizo pública la ministra del interior, Annemie Turtelboom, para prohibir el acceso a las estaciones de tren de lo que ha denominado "malos usuarios", debido a la cantidad de gente, de diversa índole, que busca cobijo en ellas.
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