Este artículo se publicó hace 15 años.
Una exposición muestra la veneración que sentía Chillida por Bach
La exposición "Homenaje a Bach" muestra la "veneración" que sentía el escultor donostiarra Eduardo Chillida hacia el músico alemán Juan Sebastián Bach, a través de doce serigrafías, seis esculturas y cuatro fotografías que se exhiben hasta el 22 de febrero en el Museo Chillida-Leku de Hernani (Guipúzcoa).
"Saludo a Bach, moderno como las olas, antiguo como el mar", es uno de los comentarios que incluyó el escultor en un libro con el que le quiso rendir homenaje y en el que incluyó once serigrafías con estampación y un relieve original para ilustrar dieciséis partituras originales del compositor alemán descubiertas en 1996.
Cuarenta páginas enmarcadas de este libro de homenaje a Bach se exhiben a partir de hoy en esta muestra.
Además se recogen una serie de reflexiones escritas a mano por Chillida e inspiradas en las composiciones de Bach, como "Escultura y música tienen el mismo espacio sonoro y siempre naciente", y enigmas que se planteaba el artista, como "¿No son la construcción y la poesía componentes esenciales de todas las artes?" o "¿Qué clase de espacio hace posibles los límites en el mundo del espíritu?".
La pasión por la música, la improvisación, la tendencia a la construcción y la capacidad de síntesis, aspectos en los que ambos artistas confluían pese a los siglos que les separaban, son los ejes en los que se ha articulado esta exposición, según ha explicado hoy el director de comunicación del Museo Chillida-Leku, Luis Chillida.
El hijo del artista ha relatado que al entrar al estudio del escultor y encender las luces, "automáticamente comenzaba a sonar la música de Bach".
La responsable del departamento de Obra y Artista del Museo, Elena Solana, ha explicado que la obra del músico alemán se considera históricamente "un ejemplo de síntesis" y representa "un punto de inflexión" en la concepción musical, ya que combinaba las enseñanzas de los músicos tradicionales con su propio discurso renovador, mientras que Chillida partió de las fuentes de la tradición vasca para encontrar "su propio camino de expresión".
Ha indicado que el escultor, quien se preguntaba "¿No son la construcción y la poesía componentes esenciales de todas las artes?", sentía "veneración" por Bach y le consideraba un "arquitecto" que, como él mismo, trabajaba con el tiempo, el sonido y el silencio.
Paradigma de ese espíritu arquitectónico es la obra titulada "Casa de Juan Sebastián Bach" (1981), un templo de acero en miniatura que Chillida dedicó al famoso compositor y que también se puede observar en una imagen recogida en esta exposición.
Solana ha recordado que toda la obra de Chillida tiene un componente musical, desde que en sus comienzos artísticos creó esculturas con claras referencias a este arte, como "Música de las esferas" y "Música de las constelaciones", hasta sus trabajos maduros de formas más depuradas.
Ha apuntado que esta muestra es la tercera y última exposición que acoge el museo durante este año, todas ellas dedicadas a la relación de las obras de Chillida con la música.
La responsable del departamento de Obra y Artista de este centro ha recordado que la primera exposición ahondaba en los inicios de la trayectoria artística de Chillida, en su regreso al País Vasco y el descubrimiento de los "sonidos del hierro", mientras que la segunda descubría los nexos entre el trabajo del escultor, la música y la mística.
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