Una exposición se adentra en todas las facetas del prolífico Alphonse Mucha
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Dibujos, litografías, carteles, joyas, pinturas, cerámicas e incluso cajas de galletas atestiguan desde hoy en CaixaForum la prolífica labor del artista Alphonse Mucha, en una gran exposición dedicada al creador y divulgador del estilo Art Nouveau y uno de los padres del diseño gráfico moderno.
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Nacido en 1860 en Ivancice (Checoslovaquia), Mucha fue un polifacético autor, muy conocido en su tiempo, pionero en la aplicación del arte a la publicidad, con imitadores en todo el mundo, creador de obras que aspiraban a la belleza, masón, que fue detenido por la Gestapo, por su activismo nacionalista checo y por su condición de Gran Maestro de la Logia de Checoslovaquia y que murió en 1939.
La exposición "Alphonse Mucha, seducción, modernidad y utopía", se instala ahora en la capital catalana hasta el próximo día 4 de octubre, tras su exitoso paso por Madrid, donde fue visitada por más de 350.000 personas.
Comisariada por Àlex Mitrani, que ha trabajado conjuntamente con la Mucha Foundation, con sede en Praga, viajará, posteriormente, a Palma de Mallorca, Salamanca y Tarragona.
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Mitrani ha resaltado hoy en rueda de prensa la atractiva personalidad de Mucha y se ha mostrado totalmente partidario de recuperar su figura, que cayó en el olvido a mitad del siglo XX y no empezó a ser recuperada hasta la década de los ochenta y los noventa.
El comisario de la muestra, que hoy estaba acompañado por John Mucha, nieto del pintor, la ha dividido en cuatro núcleos temáticos distintos (Teatro, Belleza, Misterio y Modernidad) y en cuatro capítulos más breves que ayudan a situar la contribución del diseñador al arte del siglo XX y que tienen que ver con las metrópolis, la fotografía, la épica eslava y la difusión del modernismo.
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Para Àlex Mitrani, la obra de Mucha es "extremadamente agradable, atrayente y seductora, lo que podía ser un defecto para las vanguardias, pero hoy está claro que era un artista auténticamente moderno, a pesar de que sus formas no sean las de las vanguardias".
Por su parte, su nieto John ha querido destacar que el objetivo de su arte "nunca fue el de destruir, sino el de establecer puentes entre culturas", y ha agregado que, "en estos tiempos turbulentos, espero que la exposición ofrezca al público, paz, serenidad y reflexión".
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El primer gran éxito de este artista moldavo fue cuando contaba con la entonces provecta edad de 34 años, gracias al cartel de la obra de teatro "Gismonda", que interpretaba Sarah Bernhardt, la gran actriz del momento, que quedó prendada por la obra y lo contrató durante cinco años para que trabajara en nuevos carteles, pero también en decorados y en bocetos para obras escénicas.
Después de vivir en Viena, se estableció en París y en 1904 emprendió la aventura americana, donde realizó numerosos retratos, regresando a Praga hacia 1910, poniendo su arte al servicio de la creación de una mitología eslava.
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De los carteles, pinturas y paneles decorativos de Mucha, sobresale la figura femenina, unas mujeres elegantes, sensuales y seductoras, que suelen aparecer en comunión con la naturaleza, entre motivos vegetales, orlas, cenefas y vitrales.
En una vida tan prolífica, hay obra muy diversa, que va de estos carteles que lo hicieron mundialmente famoso y que todavía hoy se reproducen, a joyas, hoy de coleccionista, que proyectó para el orfebre francés Fouquet, o sellos, papel-moneda para Checoslovaquia, carteles de películas o para vender todo tipo de productos, desde bicicletas a papel de fumar, incluso para la barcelonesa chocolate Amatller.