Este artículo se publicó hace 16 años.
El ex operador acusado de pérdidas multimillonarias de SG trabaja de nuevo
El ex operador de mercados Jérôme Kerviel, al que el banco francés Société Générale (SG) acusa de haber causado pérdidas de 4.900 millones de euros, trabaja de nuevo en una empresa de consultoría informática, que le ofreció un empleo antes incluso de salir de la cárcel.
Jean-Raymond Lemaire, director de la compañía LCA, para la que Kerviel trabaja desde comienzos de mes, confirmó la información que había revelado en su sitio internet el semanario "Le Point".
No obstante, la compañía se negó a dar precisiones sobre el contenido exacto de su puesto de trabajo, ni sobre otras condiciones del empleo. La empresa tiene su sede en la periferia noroeste de París.
Para reanudar una actividad laboral, este joven de 31 años que a comienzos de mes demandó a SG por despido improcedente, había tenido que solicitar y obtener de los jueces instructores de su caso una modificación de las reglas del control judicial que le habían impuesto.
En concreto, se trataba de suspender la prohibición de reunirse con Lemaire, que era una de la veintena de personas con la que los magistrados le habían impedido tener contactos para evitar interferencias en la investigación.
Su actual patrón figuraba en esa lista en tanto que experto en informática utilizado como tal por el Tribunal de Apelación de Versalles.
Entre las personas con las que sigue sin poder encontrarse están los antiguos superiores de Kerviel en SG.
El control judicial que le impusieron los jueces cuando quedó en libertad provisional el pasado 18 de marzo conllevaba también una serie de restricciones para trabajar, ya que el antiguo operador no puede ir a centros de "negociación de instrumentos financieros" ni a ninguna plaza bursátil, y no puede desempeñar su antiguo oficio.
Además, debe presentarse cada semana a la policía y ha entregado su documentación porque no puede viajar al extranjero ni fuera de la región de París.
Kerviel está imputado desde el 28 de enero por falsificación, intromisión en un sistema informático y abuso de confianza.
Varios elementos añadidos hoy al sumario revelan que el antiguo operador estuvo realizando operaciones especulativas hasta los últimos días, cuando pese a que sentía que iba a ser descubierto realizó órdenes de varios miles de millones de euros.
Según "Le Monde", el jueves 17 de enero, un día antes de que sus superiores ataran cabos de sus engaños sistemáticos sobre sus operaciones, compró contratos de futuros sobre derivados de índices bursátiles por valor de 8.150 millones de euros y al día siguiente por unos 3.090 millones.
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