Este artículo se publicó hace 16 años.
Evans gana la etapa reina en el Mont Ventoux y el holandés Gesink es el líder
El australiano Cadel Evans, del Silence Lotto, conquistó la etapa reina de la París-Niza, la cuarta, disputada a través de 176 kilómetros entre Montélimar y el Mont Ventoux, por delante del joven holandés Robert Gesink (Rabobank), la revelación de la carrera, quien se convirtió en el nuevo líder.
Evans, segundo clasificado en el pasado Tour de Francia, le ganó al esprint a Gesink con un tiempo de 4h32.56, a una media de 38,56 kms/hora.
Ambos, los más fuertes en el ascenso final al Mont Ventoux, que en esta ocasión tenía la meta a 5 kilómetros de la cima, aventajaron en 33 segundos a los italianos Nocentini Rinaldo Nocentini y Davide Rebellin, sus más inmediatos perseguidores.
Los españoles estuvieron a la altura de la jornada más selecta de la París-Niza, ya que Juan Manuel Gárate y Carlos Barredo llegaron séptimo y décimo respectivamente y Eduardo Gonzalo y Luis León Sánchez entre los veinte primeros.
En la general se alzó a lo más alto Robert Gesink, un atrevido joven de 21 años que hace soñar a los holandeses como futuro del ciclismo de aquel país. Estuvo con los mejores, aguantó el ritmo en el ascenso final y solo pudo ser rebasado en los últimos metros por un veterano como Evans.
Gesink aventaja en 32 segundos a Rebellin (Gerolsteiner) y en 35 a Nocentini (Ag2r). La cuarta plaza es para el ucraniano Yaroslav Popovych (Silence) y la quinta para Gárate, primer español a 1.06. Además en el 'top ten' se encuentran Luis León Sánchez (Caisse D'Epargne) sexto a 2.06 y Gorka Verduga (Euskaltel) séptimo a 2.11.
Fue una jornada muy movida camino de las nevadas laderas del Ventoux, el gigante de provenza, mítico en la historia del Tour de Francia. En seguida, en el kilómetro 11 se marcharon del grupo cuatro hombres: el bielorruso Kuschynski, el alemán Jens Voigt, el austríaco Eisel y el holandés Terpstra.
El pelotón les dejó rodar a su antojo mientras remontaban el recorrido serrucho jalonado con cinco puertos. La máxima diferencia se registró en la cima del Bordeaux, en el km 75 de carrera. La estrategia estaba montada para el ascenso final al Ventoux.
En sus primeras rampas el alemán Voigt tensó la cadena para hacer la primera selección, a 10 kms de meta y 2.30 de avance sobre un pelotón que no pasaba de las 40 unidades. El líder Chavanel enseguida dejó claro que se iba a despedir del maillot amarillo.
Con Voigt en dificultades se produjo un tremendo ataque entre los perseguidores del alemán, con Evans, Popovych, Gesink y Franck Schleck como protagonistas.
El holandés, muy valiente y poderoso, lanzó dos ataques que terminaron con el luxemburgués y el ucraniano. Solo resistió el hombre que secundó a Contador en el podio del Tour de Francia, ya desahuciado para la general.
Evans se pegó a la rueda de Gesink, que le llevó hasta la meta. Allí el australiano solo tuvo que acelerar para recuperar la moral después de su caída en la primera etapa. El holandés del Rabobank se presentaba en la alta sociedad del ciclismo.
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