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ETA amenazó cuatro veces al primer arrepentido francés de la banda

Agencia EFE

El primer arrepentido francés en la historia de ETA, Hervé Larrieu, fue amenazado cuatro veces por la organización terrorista vasca desde que se entregó a las autoridades francesas en 2002, informa hoy "Le Figaro".

El Tribunal Correccional de París condenó el pasado lunes a un año de prisión firme a Larrieu, tras un juicio a puerta cerrada, aunque como ya había cumplido nueve meses en detención preventiva, su defensa indicó que no debería volver a la cárcel.

El rotativo relata hoy la trayectoria de este hombre, impresor de 39 años y "uno de los hombres más amenazados de Francia", que cada día acude a su lugar de trabajo en el corazón del casco viejo de Bayona (País Vasco francés), por donde andan los captadores de ETA.

Un documento de una reunión del comité ejecutivo de ETA hallado por la policía francesa indica que la banda se plantea "resolver el problema de Larrieu" pero sin hacer de esto "un asunto personal", una formula ambigua que por el momento permite al "renegado" salvar la vida, precisa el rotativo, sin citar fuentes.

Casado con una protestante -religión a la que se ha convertido- que pronto le dará un hijo, Larrieu volvió al País Vasco francés tras cumplir su detención preventiva, después de su entrega.

ETA le amenazó cuatro veces, ordenándole que se callara y dejara el País Vasco antes de ordenarle finalmente que al menos se fuera de Bayona. El hombre reside hoy a unos kilómetros de la ciudad.

Cuando, en marzo de 2002, Larrieu se entregó a los gendarmes de Saint-Malo, éstos no se lo acababan de creer: desde 1998 él había sido uno de los responsables de la fabricación de documentación falsa de ETA y, durante 10 años, fue el compañero sentimental de una dirigente de la banda, Laurence Guimon.

En noviembre pasado, Guimon fue condenada a 17 años de prisión por el Tribunal especial de lo Criminal de París.

Otra sorpresa para la policía francesa fue la locuacidad de Larrieu, que contrastaba con el mutismo habitual de los etarras arrestados.

Explicó su compromiso político desde los 18 años, primero en el partido comunista y luego en grupúsculos de extrema izquierda del entorno del nacionalismo vasco hasta que ETA lo contactó.

Después de negarse inicialmente a entrar en la organización, acabó por hacerlo en 1998 y pasó a la clandestinidad, imprimiendo boletines internos, documentación falsa o formando a militantes, además de "gestionar" apartamentos de la banda. Acudía periódicamente a locales desocupados para "hacer ruido" para que los vecinos creyeran que estaban ocupados.

El hombre, que denunció los errores "de aficionados" de la banda, por ejemplo, en el alquiler de locales y la mala calidad de la documentación falsa, empezó a criticar las acciones de ETA y a comienzos de 2001 anunció que quería dejarla.

De inmediato la banda le prohibió salir del apartamento donde estaba en Burdeos (suroeste) antes de "desplazarlo" a Lyon (sureste).

En el camino, de noche, el coche se paró, un etarra le obligó a arrodillarse y le puso un arma en la sien: "si quieres, te hago dejar ETA ya mismo o nos debes todavía tres años".

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