Este artículo se publicó hace 14 años.
Estudio asocia el humo de madera y paja con la anemia infantil
Por Alison McCook
Los hogares en los paísessubdesarrollados que queman madera, paja y otros materialesnaturales tienen más posibilidad de albergar niños anémicos.
Las familias de 29 países que usan biocombustibles paracocinar o calentar la casa eran un 7 por ciento más propensas atener un hijo con anemia.
Cuando el equipo de la McMaster University en Canadá comparódatos nacionales, halló que los países con más usuarios debiocombustibles albergaban más niños con anemia moderada agrave.
"Dado que una gran cantidad de personas en los paísessubdesarrollados sigue usando biocombustibles como fuente deenergía doméstica, debe saber que la exposición al humo de losbiocombustibles es riesgosa para la salud y hay que protegerse",dijo Hmwe Hmwe Kyu.
Casi la mitad de los menores de 5 años en los países endesarrollo tiene anemia, lo que los pone en riesgo de sufriralteraciones cognitivas, problemas de desarrollo y consecuenciaspotencialmente fatales.
La anemia aparece por una deficiencia de glóbulos rojos ohemoglobina, las moléculas de hierro en las células sanguíneasque transportan oxígeno desde los pulmones al resto de lostejidos.
En teoría, los biocombustibles podrían causar anemia porqueel humo que se genera al quemarlos contiene contaminantes comomonóxido de carbono, que se une a la hemoglobina disponible, yotras sustancias que pueden destruir los glóbulos rojosdirectamente.
Quemar materiales naturales para cocinar y calefaccionarsigue siendo muy común en los países en desarrollo; se estima quela población que lo utiliza crecerá a 2.600 millones de personasen el 2030.
El equipo de Kyu revisó datos de familias de 29 países endesarrollo de Africa, Asia y el Caribe. En el estudio hubo117.454 niños representados.
Los autores utilizaron herramientas estadísticas paracontrolar la influencia de la pobreza, las enfermedadespediátricas, el tabaquismo y otros factores que podían generarconfusión.
Según publica Annals of Epidemiology, el 24 por ciento de losniños tenían anemia leve y casi el 39 por ciento presentaba unaforma más moderada o grave de la enfermedad.
Además, la relación entre la anemia y la exposición a losbiocombustibles aumentaba cuando los niños tenían diarrea ofiebre.
En otras palabras; comparado con niños sin exposición al humode biocombustibles y sin diarrea, los niños expuestos al humo ycon diarrea eran un 22 por ciento más propensos a tener anemialeve.
Claro que el humo no sería la única fuente del problema y elequipo no pudo identificar los papeles de otros factores.
"Por ejemplo, no pudimos controlar las infeccionesintestinales por parásitos y el envenenamiento con plomo, lo quepodría haber generado un sesgo residual en el estudio. Pero estosresultados no son aplicables a estrategias a gran escala conbiocombustibles", agregó Kyu.
FUENTE: Annals of Epidemiology, noviembre del 2010
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