Este artículo se publicó hace 14 años.
Estonia entra en el euro, mientras otros se muestran reticentes
Estonia se convierte en el decimoséptimo y último país que entra en el club del euro en varios años
Estonia podría ser el último país que entra en el club del euro en varios años. El país báltico se convierte este 1 de enero en el decimoséptimo que adopta la moneda única europea, pero la profundización de la crisis de confianza en la región probablemente podría desanimar a los países del este de mayor tamaño durante hasta casi una década. El comisario de Asuntos Económicos y Monetarios de la UE, Ollie Rehn, y los primeros ministros de Letonia y Lituania viajaron a Tallín el viernes para alabar la entrada de Estonia en el euro a partir de la medianoche, que culmina su integración en el oeste y su alejamiento de la influencia de Rusia que comenzó con el colapso de la Unión Soviética.
Además, se convierte en la primera antigua república soviética que adopta la moneda única europea. Sus vecinos Letonia y Lituania esperan hacerlo en 2014, cimentando la independencia lograda en 1991. Pero en el resto del antiguo bloque soviético, los gobiernos no están tan convencidos. Polonia, Hungría y los demás han prometido entrar un día en la eurozona, pero no tienen mucha prisa. Quieren ver cómo se resuelven los problemas de deuda de Irlanda, Grecia, España y Portugal y temen que perder la flexibilidad de sus tipos de cambio les haga menos competitivos y menos capaces de aguantar futuras embestidas financieras.
La crisis de la deuda también ha socavado la idea de que pertenecer a la eurozona garantiza unos costes de préstamos más reducidos en los mercados internacionales. "Hay más riesgos de estar dentro de la eurozona que de estar fuera", dijo este mes el gobernador del banco central polaco, Marek Belka. Palabras similares se han escuchado en República Checa, donde el primer ministro, Petr Necas, ha dicho que adoptar el euro no sería una ventaja para el país durante mucho tiempo. "Los checos siempre han sido más cautos, y los polacos se están volviendo cautos también", dijo el economista de Capital Economics Neil Shearing.
Incluso si la eurozona sobrevive tal y como está ahora, el próximo miembro del club no llegaría hasta 2015. Muchos economistas no esperan que los estados europeos de mayor tamaño entren antes del final de la década.
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