Este artículo se publicó hace 15 años.
El estoico Cristiano
El astro portugués habló en rueda de prensa antes de debutar en un clásico
Serio y nervioso. Mordiéndose los labios con fruición antes de iniciar muchas de las cortantes y lacónicas frases que deslizó. A Cristiano Ronaldo no se le vio feliz en su comparecencia ante la prensa en Valdebebas. No dio la impresión de estar a punto de debutar en el gran clásico del fútbol español. Todo lo contrario. Parecía atormentado o quizás excesivamente responsabilizado por las expectativas que generan su vuelta.
Cruzado de brazos, con la terrenalidad que concede el chándal a todo aquel que se lo enfunda, Cristiano elaboró un discurso salpicado de grandes dosis de estoicismo, de la necesidad del sufrimiento como compañero natural del viaje hacia el éxito. "No se gana nada sin pasar por dificultades. En la vida hay que trabajar mucho para alcanzar algo y eso es lo que estamos haciendo". La reflexión es tan válida para su sufrido equipo como para él mismo, que se cinceló el cuerpo y perfeccionó el remate con maratonianas horas de entrenamiento en solitario. Más que disfrutar por la posibilidad de disputar un partido único, de acelerar su entrada en el olimpo del madridismo en un escenario como el Camp Nou, Cristiano transmitió seriedad y preocupación. Todo lo contrario que exterioriza su yo futbolístico. "Para ganar al Barcelona hay que jugar bien y marcar más goles que ellos", soltó austero el extremo portugués, con las dos piedras que adornan sus lóbulos como únicas señales de su pose de figurín de local de moda.
RespetoEn medio de ese discurso hierático, Cristiano reclamó respeto para su equipo en un par de ocasiones cada vez que le preguntaron por el juego del Barça: "Juega mejor, pero nosotros vamos primeros. Si nos metemos todos atrás, será mejor para ellos porque estaremos lejos de su portería. Ellos no van a atacar como al resto de equipos, también van a defenderse. Lo que más quiero y deseo es que toquemos bien y creemos más oportunidades".
A Cristiano le incomoda que se hable de la belleza del juego del Barça para menospreciar al Madrid, pero lo analiza desde el realismo. "El otro día no jugaron Ibrahimovic y Messi, y uffff", resopló Cristiano, que se quedó sin palabras para descubrir lo que le impacta la propuesta futbolística de Guardiola: "No sé qué decir".
Su laconismo áspero y frío continuó cuando le hablaron de saldar cuentas pendientes con el Barça por la pasada final de la Liga de Campeones: "Las únicas cuentas pendientes que tengo son el agua y la luz". Sólo le salió la veta altiva que proclama desde su fútbol virguero cuando le preguntaron por los goles que le gustaría meter al Barça "10 o 20" y por los pitidos del Bernabéu al equipo: "Eran para los contrarios...".
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