La esposa de Vicente Ferrer agradece el apoyo recibido
Ana Ferrer asegura que su marido "a veces está consciente y abre los ojos" aunque otros días "apenas responde"
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Anna Ferrer, esposa del cooperante español Vicente Ferrer, ha agradecido hoy las "fantásticas" muestras de apoyo de España a su marido, hospitalizado en el sur de la India tras haber sufrido una embolia el pasado 20 de marzo, y ha asegurado que su gran "voluntad" ha hecho que su salud mejore. En declaraciones telefónicas desde la ciudad sureña de Vellore, donde su marido se halla ingresado, Anna Ferrer ha admitido que la avanzada edad del filántropo catalán (89 años) hace más dura y "lenta" la recuperación.
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"Pero él es muy fuerte, tiene voluntad y objetivos en la vida", ha razonado. "He leído muchos mensajes de apoyo de España... Es fantástico", ha resumido. Algunos de los mensajes que más han conmovido a Anna Ferrer, según ha relatado, decían que "el mundo es mejor" con personas como su marido.
En un comunicado colgado en la página web de la fundación, Anna Ferrer también ha agradecido el "afecto y apoyo" que ha recibido desde España durante las últimas semanas.
"Vuestras palabras y mensajes, el amor y la admiración que sentís por Vicente nos han dado mucha fuerza en este periodo tan difícil", ha reconocido.
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Ha evocado también palabras que "muchas veces" le ha dicho su marido: "Todo lo que nos sucede en la vida, aun cuando en ese momento no podamos entenderlo, es lo mejor que puede sucedernos", según la nota.
Por ello, "él tendrá su propia comprensión superior de lo que ha ocurrido y el significado que tiene este suceso en su vida y en su trabajo, y también para todos nosotros en la India y en España".
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Anna Ferrer ha explicado que su marido "a veces está consciente , abre los ojos y responde" las preguntas asintiendo o negando con la cabeza, aunque otros días "apenas responde".
Moncho Ferrer, hijo de ambos, ha confirmado a Efe por teléfono que el filántropo catalán "está haciendo su rehabilitación" y ha expresado su deseo de que en dos o tres semanas vuelva a su hogar en Anantapur, centro de su acción humanitaria. "No habla. No está inconsciente, pero no está como antes", ha admitido.
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La Fundación Vicente Ferrer es el brazo financiero de la organiación, que lleva a cabo una gran labor humanitaria en el estado sureño de Andhra y que beneficia a más de 2,5 millones de personas. El incansable Ferrer llegó como misionero jesuita en 1952 a la India, de donde fue expulsado en 1968 tras las suspicacias que despertó su labor entre las autoridades indias y los radicales hindúes.
Pero un año después volvió -la entonces primera ministra, Indira Gandhi, ordenó personalmente que le concedieran el visado-, y continuó con su tarea filantrópica en el depauperado y yermo estado de Andhra.
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Abandonó la Compañía de Jesús, se casó con actual esposa y continuó con su labor para mejorar las condiciones de vida de comunidades desfavorecidas como los "dalit" o intocables, las mujeres, los niños y las personas con discapacidad.