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7-8. España logra una gesta ante Hungría y se clasifica para la final

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Histórico, épico, espectacular. España se colgará su primera medalla en un gran competición y lo hará tras remontar un partido que tenía prácticamente perdido ante un Hungría, una de las mejores selecciones del continente.

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Las españolas se clasificaron para la semifinal tras derrotar en el último suspiro a la selección magiar (7-8), con la que hoy saldó una deuda que estaba pendiente desde que las húngaras le arrebataran el bronce en el pasado Europeo de Belgrado.

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La gesta de las chicas de Vicenç Tarrés cobra mayor relevancia por el modo en el que transcurrió el partido, pues a las españolas, muy poco acostumbradas a las citas con la historia, les costó ubicarse en un escenario prácticamente nuevo para ellas: el de luchar por un metal.

España acusó la responsabilidad desde el inicio. Con un juego poco fluido y excesivamente impreciso, desperdició las cinco primeras superioridades de las que dispuso en ataque y sólo logró transformar una de siete en toda la primera mitad.

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Las húngaras, muy bien posicionadas atrás y cómodas en la faceta ofensiva, se encontraron, sin hacer nada del otro mundo, con un 3-0 al inicio del segundo cuarto que hacía presagiar lo peor para el conjunto local.

España había empezado casi todos los partidos de este Europeo por detrás en el marcador pero, en esta ocasión, necesitó casi 13 minutos de juego efectivo para ver puerta por primera vez (3-1).

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El gol de Gil, mediado el segundo período, surgió un efecto catártico en las españolas, que empezaron a jugar más sueltas en ataque, a mover más rápido el balón y a realizar una mejor selección de sus lanzamientos.

Con un segundo parcial de 2-2, las anfitrionas se fueron al descanso dos goles por debajo (4-2), pero con la sensación de que empezaban a jugarle de tú de tú a Hungría y que la final podría ser una realidad.

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El partido ganó en intensidad y espectacularidad tras la reanudación. Dos goles de Bujka tuvieron respuesta española en López-Escribano y Laura López (6-4) en el tercer cuarto.

Sin embargo, cuando en el inicio de la última manga, Meseguer falló un penalti y Hungría anotó en la jugada siguiente (7-4), parecía que el partido ya estaba sentenciado y que España tendría que luchar por el bronce víctima de sus propios errores.

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No fue así. Arropadas por el público de Málaga, más ruidoso que ninguna otra jornada, las jugadoras españolas se fueron a por el partido. Gil y Pareja aprovecharon, esta vez sí, dos jugadas en superioridad para anotar el 7-6 a seis minutos para el final.

Para entonces, a las húngaras ya les temblaban las piernas y España se veía en la final. Los últimos cinco minutos del equipo de Tarrés fueron de una intensidad brutal. Asfixiaron a su rival hasta provocar cada error, cada lanzamiento precipitado, cada pase equivocado.

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Pilar Peña empató con un tiro escorado (7-7) con 3:19 aún por jugarse. Todavía quedaba mucho tiempo y podía pasar cualquier cosa, pero lo único que sucedió es que, tras varias posesiones fallidas de unas y otras, Meseguer aprovechó una última superioridad para poner el 7-8 en el electrónico y desatar la locura en las gradas a 35 segundos para el final. Las húngaras tuvieron un último ataque también en superioridad, pero Del Soto y el poste evitaron la prórroga.

Ficha técnica:

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7 - Hungría: Horvath; Szremko (-), Stieber (1), Dravucz (-), Zantleitner (-), Pelle (1), Valkai (1) -equipo inicial- Bujka (2), Kisteleki (-), Takacs (-), Gyore (1, 1p) y Primasz (1).

8 - España: Del Soto; Gil (2), Hagen (-), López-Escribano (1), Pareja (1), Meseguer (1), Laura López (1) -equipo inicial- Cristina Pardo (-), Cristina López (-), Anna Pardo (1), Peña (1), y García (-).

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Parciales: 2-0, 2-2, 2-2 y 1-4.

Árbitros: Brguljan (MNG) y Reemnet (HOL). Exclusiones: Takacs (2), Hagen, Zantleitner (2), Pelle (2), Manolioudaki, Gil (2), Valkai, García, Szremko, Pareja, Gyore y Anna Pardo. Eliminadas por tres faltas personales: Dravucz.

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