La escritora argentina Sandra Lorenzano recopila las voces de la distancia en "Saudades"
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La escritora argentina Sandra Lorenzano recopila las voces de la distancia en "Saudades", una novela "de desarraigos", escrita en tono poético, en la que sus protagonistas recuerdan la melancolía de un pasado en el exilio y aprenden a vivir con él.
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Recién llegada a Madrid para presentar su obra y participar en la Feria del Libro, Lorenzano explicó, en una entrevista con EFE, que "Saudades" es su manera de expresar las sensaciones, los recuerdos y añoranzas de una generación de "sobrevivientes", que tuvieron que abandonar su país, en ocasiones para salvar la vida.
Ese es el caso de María, una de las protagonistas de la novela, quien se afinca en Lisboa atraída por la poesía de Fernando Pessoa.
"Elegí Portugal porque es un país de inmigrantes. Me interesaba mucho el tema de las migraciones, pero no me quería centrar solamente en el exilio latinoamericano", precisa Lorenzano.
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En "Saudades" tienen cabida todo tipo de "desarraigos", "sobre todo aquellos que de alguna manera repetimos los que nos tuvimos que exiliar en los 70", subraya.
De origen argentino, aunque afincada en México, donde imparte clases en la Facultad de Filosofía y letras, Lorenzano profundiza en sus relatos en la migración "desde el principio de los tiempos".
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Para la escritora y crítica literaria, "todos tenemos un lugar mítico en el pasado, pero ese lugar sólo existe en la mente, por mucho que creamos que se trata de un lugar geográfico".
Por eso, una pregunta atraviesa toda la novela para interpelar al lector acerca de aquello que realmente considera importante en su vida.
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"¿Qué salvaríamos en un naufragio con poco tiempo para decidir?. Cada uno tiene sus pequeños objetos, no necesariamente físicos, casi fetiches que te acompañan en la vida. Yo la llamo 'la maletita de los afectos', y este libro es 'mi maletita de los afectos'", explica.
Enamorada de la poesía y de los poetas, como Paul Celan, "pero sobre todo de Pessoa" cuya presencia es constante en "Saudades", Lorenzano encontró en Portugal el escenario ideal para hablar de nostalgia, pero alejándose de su propia historia.
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"No estoy muy de acuerdo con la visión plañidera que se le da muchas veces al exilio, porque pienso que peor lo pasaron los que se quedaron", argumenta.