Este artículo se publicó hace 13 años.
Erdogan es favorito para revalidar su mayoría absoluta en elecciones turcas
El primer ministro turco, el islamista moderado Recep Tayyip Erdogan, parte como favorito en las elecciones generales de mañana y nadie duda de que logrará un tercer mandato con una nueva mayoría absoluta, salvo un cataclismo de última hora.
Algo más de 50 millones de electores están llamados a las urnas tras una campaña electoral de dos meses en la que la discusión sobre el supuesto islamismo del gobierno ha quedado aparcada, para debatirse los proyectos concretos de cada partido.
Los últimos sondeos dan al gobernante Partido de la Justicia y de Desarrollo (AKP, islamista moderado) una horquilla de votos entre el 41% y el 50%, lo que le daría una holgada mayoría en el parlamento (entre 315 y 345 diputados de 550), mientras que la principal formación de la oposición, el Partido Republicano del Pueblo (CHP, centroizquierda), logrará entre el 24,5% y el 30% (130-160 escaños).
Los ultraderechistas del Partido de Acción Nacionalista (MHP) serán terceros con entre el 10 y el 15 por ciento (40-65 diputados), mientras que los nacionalistas kurdos -que se presentan con candidatos independientes para burlar la barrera electoral del 10% de los votos a nivel nacional- lograrán entre 25 y 30 escaños.
La cuestión, dada la anunciada victoria de Erdogan, es cómo será su próxima legislatura: ¿liberal como la primera o de tendencia autoritaria como el final de su segundo mandato?.
"Nuestro proyecto más importante es (redactar) una nueva Constitución", dijo Erdogan, quien pidió al pueblo turco que le otorgue más de dos tercios del parlamento (367 escaños) para tener manos libres y poder sustituir el texto redactado por los militares en 1982.
Los críticos con el primer ministro turco subrayan que ha incrementado su retórica nacionalista, lo que podría ser un signo de un mayor autoritarismo en la nueva legislatura y diversos analistas arguyen que con esta mentalidad será imposible redactar una nueva Constitución o solucionar la cuestión kurda.
Un ejemplo de esa intransigencia es el caso de Ahmet Altan, director del diario liberal "Taraf", que habitualmente apoya al AKP, fue demandado por Erdogan a causa de una columna crítica con su "autoritarismo".
Altan denunció el derribo una estatua en la ciudad septentrional de Kars que no le gustaba a Erdogan diciendo: "Por el amor de Dios, imaginen qué pasará si el primer ministro comienza a leer novelas. ¿Deberemos quemar a "Madame Bovary" porque al primer ministro no le gusta, o "Anna Karenina" porque cuenta la historia de una mujer que engaña a su marido?".
Otra de las iniciativas que Erdogan desearía llevar materializar en la nueva legislatura es un régimen presidencialista, aunque los expertos consultados por Efe lo consideran una posibilidad remota -a menos que el AKP logre los famosos dos tercios del Parlamento- ya que esta opción es criticada tanto por la oposición como por algunos miembros de la formación gobernante.
Los 367 diputados quedan muy lejos del AKP a tenor de las encuestas, algo que el exparlamentario europeo y experto en Turquía Joost Lagendijk considera positivo.
"El mejor resultado para la democracia en Turquía es que el AKP logre algo menos de 330 diputados, ya que esto le obligaría a consensuar la nueva Constitución con los socialdemócratas y los kurdos", dijo a Efe en Estambul.
Sin embargo, también hay comentaristas mucho más optimistas que consideran que, tras su victoria del domingo, Erdogan volverá a abrirse a todas la tendencias sociales del país.
Frente a él, Erdogan tendrá a la oposición renovada del CHP, con un líder como Kemal Kiliçdaroglu, que ha orientado a su partido hacia la socialdemocracia, la lucha contra la pobreza y el desempleo, la democratización y los problemas de las mujeres y los jóvenes, a la vez que se ha distanciado de los militares.
Kiliçdaroglu, también conocido como el Gandhi turco, por su parecido físico con ese líder indio, aboga por redactar una nueva Constitución, pero de naturaleza más progresista que la de Erdogan.
De este modo, el crecimiento del centroizquierda, de los kurdos (que pueden pasar de 20 a 30 diputados) y un eventual mantenimiento del MHP por encima del 10% lograrán impedir que la mayoría absoluta que el AKP prevé conseguir mañana no se convierta en aplastante.
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