Este artículo se publicó hace 14 años.
Enfado en Bruselas por el plantón de Obama
España y la Comisión Europea se esfuerzan en aparentar normalidad
No hubo enfado formal, pero sí una decepción disimulada con más burocracia. Bruselas amaneció ayer desilusionada al comprobar que la cumbre de la Unión Europea con Estados Unidos ya no será tal. La presidencia española de la UE prometió tras el plantón de Barack Obama "seguir trabajando con EEUU" para fortalecer las relacionestrasatlánticas.
Tanto la Presidencia española como la Comisión Europea evitaron elevar la desilusión a la categoría de desencanto, repitiendo una y otra vez que las relaciones con EEUU siguen siendo excelentes y que, para Obama, la Unión Europea cuenta.
"La relación con EEUU se caracteriza por una densa red de relaciones de trabajo. Contactos a todos los niveles, incluyendo los más altos, tienen lugar todo el tiempo", aseguró José Manuel Durão Barroso, jefe del Ejecutivo comunitario, quizás aludiendo a que, cuando la relación es tan estrecha, las aparatosas cumbres dejan de ser imprescindibles.
Oportunidad perdidaSin embargo, la oportunidad de exhibir una imagen de alianza con EEUU se ha perdido, al menos, hasta otoño, cuando Obama volverá a Europa para otras cumbres. Entonces, Obama tiene cita en Lisboa para el cónclave anual de la OTAN. La prensa europea expresó ayer en público lo que los funcionarios comunitarios lamentan en privado: la cancelación de Obama no es ni usual ni beneficiosa para la relación con Europa y puede significar una pérdida de interés del mandatario.
Zapatero, blanco de críticas por dar por hecha la presencia de Obama
La cumbre "no es un fin en sí mismo", recordaban ayer fuentes de la Presidencia española, que recalcaron la sintonía entre Obama y José Luis Rodríguez Zapatero, este último blanco de algunas críticas al dar por hecha la presencia en Madrid del inquilino del Despacho Oval. Zapatero comparte, en opinión de varios rotativos, responsabilidad con la nueva Alta Representante para la Política Exterior, Catherine Ashton, que no ha sabido diseñar una agenda ambiciosa para la reunión.
Barroso se remitió a los problemas de agenda del presidente para explicar la cancelación de uno de los eventos estrella del semestre español. "Ha pasado antes y pasará en el futuro otra vez", recordó en un encuentro con periodistas. "La fecha exacta de una cumbre necesita adaptarse a los cargados horarios políticos de ambas partes".
Eso sí, la renovación de cargos comunitarios, que cuenta con un nuevo y primer presidente del Consejo en la figura de Herman van Rompuy y con la propia Ashton, parecía conducir de manera natural a una reunión de EEUU con las nuevas caras de una UE que también ha cambiado sus reglas de funcionamiento.
Un año de visitasTanto Bruselas como Washington inciden en que Obama ha pisado más suelo europeo que cualquier otro presidente, al menos en su primer año de mandato. La última vez, en Praga, en abril pasado, en la última cumbre UE-EEUU en suelo europeo. A esta siguió otra en la capital norteamericana, el pasado mes denoviembre.
Barroso dice que "ha pasado antes y pasará en el futuro otra vez"
¿Cuándo será la próxima? La ruptura de la costumbre, que prevé dos cumbres al año una en territorio de la unión Europea y otra en Estados Unidos entorpece la fluidez de las relaciones, justo en un momento en el que las instituciones comunitarias dudan de algunas de las prioridades de Obama, sobre todo en materia de seguridad.
La introducción de escáneres corporales en los aeropuertos, pedida por EEUU pero negada por la UE en su conjunto, o la posibilidad de un bloqueo europeo a un acuerdo para compartir datos bancarios y luchar contra el terrorismo ensombrecen unas relaciones que tendrán que esperar, casi hasta final de año, para escenificarse con un apretón de manos.
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