Este artículo se publicó hace 16 años.
El Ejército de Sudáfrica comienza a intervenir en la lucha contra la ola de violencia
El Ejército de Sudáfrica comenzó hoy a apoyar a la Policía en la lucha contra la violencia xenófoba que estalló a comienzos de la semana pasada y que ha causado más de cuarenta muertos, informaron fuentes oficiales.
El ministro de Seguridad, Charles Nqakula, dijo en una rueda de prensa que las tropas del Ejército participaron en dos operativos realizados hoy en las barriadas pobres de Jeppestown y Cleveland, en el este de Johannesburgo.
Por su parte, la portavoz de la Policía, Sally de Beers, detalló que la operación de Cleveland, uno de los puntos más conflictivos de los disturbios de los últimos días, comenzó poco después de la medianoche y terminó hacia las 7.00 hora local (5.00 GMT).
"La operación conjunta fue extremadamente exitosa y resultó en el arresto de 28 personas, así como el decomiso de 150 kilos de marihuana y de armas, municiones y mercancías posiblemente robadas", agregó la portavoz.
La misión de las tropas del Ejército fue la de montar un perímetro de seguridad para permitir el trabajo de los agentes policiales que irrumpieron en albergues situados en los barrios mencionados.
En estos albergues suelen alojarse emigrantes y también trabajadores de las minas del área que rodea Johannesburgo, así como sudafricanos que emigran del campo y llegan hasta la ciudad en busca de empleo.
Según fuentes del Ministerio de Defensa, los militares sudafricanos, además de facilitar la tarea policial mediante un perímetro de seguridad, prestarán también apoyo de helicópteros.
El ministro de Seguridad dijo que hasta hoy han muerto 42 personas por la ola de violencia contra extranjeros que se desató a comienzos de la semana pasada, la misma cifra que fue dada a conocer anoche.
Nqakula añadió hasta hoy se habían registrado 466 actos de violencia y que los desplazados llegan a 25.000.
El ministro señaló que los alcaldes de la provincia de Gauteng, donde se encuentra Johannesburgo, están buscando lugares provisionales para alojar a los miles de desplazados, que ahora están refugiados en comisarías y edificios municipales.
Los disturbios continuaban hoy, aunque con menor intensidad a la de días anteriores.
Según la cadena de radiotelevisión pública SABC, hoy se volvieron a registrar acciones violentas contra emigrantes en la barriada pobre de Ramaphosa, en el este de Johannesburgo, donde fueron incendiadas varias chabolas.
Esos disturbios se produjeron cerca de la hora en la que se encontraba en ese barrio el líder de la oposición de Zimbabue, Morgan Tsvangirai, para solidarizarse con los ciudadanos de su país que han sido víctimas de los recientes ataques.
La mayor parte de los emigrantes que viven en el gran Johannesburgo son zimbabuenses y mozambiqueños.
Los primeros han comenzado a llegar a Sudáfrica en los últimos años escapando de la grave crisis económica que se vive en su país. La inmigración de los mozambiqueños, sin embargo, es muy anterior y está destinada fundamentalmente al trabajo de las minas.
Además de los disturbios de la barriada de Ramaphosa, en las últimas horas se registraron otros actos violentos contra extranjeros en la provincia central de Free State.
Fuentes policiales de Free State dijeron que entre anoche y hoy fueron asaltadas tiendas de paquistaníes, en unos actos violentos que terminaron con la detención de 72 personas por su presunta vinculación con esos hechos.
Por otra parte, en la Universidad Tecnológica de Tshwane, en el norte de Pretoria, aparecieron hoy unos misteriosos panfletos, sin firma, en el que se advierte a los extranjeros que deben salir del país "antes del 23 de mayo".
La amenaza, según emisoras locales, está dirigida contra pakistaníes, somalíes, zimbabuenses, mozambiqueños y nigerianos.
Desde París, donde se encuentra de visita, el presidente del partido gobernante de Sudáfrica, Jacob Zuma, ensalzó la decisión, del Gobierno de Thabo Mbeki, anunciada ayer, de requerir al Ejército para que apoye las misiones policiales.
"El Gobierno debería tomar cualquier medida que considere oportuna para proteger la vida de las personas", dijo el líder político, según un comunicado de su partido, el Congreso Nacional Africano (ANC, en inglés).
Mientras tanto, por segundo día consecutivo en círculos oficiales se habló de la posibilidad de que la ola de violencia haya estado concertada.
Según el ministro de Inteligencia, Ronnie Karsrilis, las autoridades están investigando si hay "otras fuentes que están alimentando (la ola de violencia), motivados por su propia agenda política", dado que en 2009 se celebrarán elecciones presidenciales.
"No estoy acusando a ningún partido político en concreto", aclaró el ministro, que tampoco dijo en qué evidencias basaba esa hipótesis.
En declaraciones a la agencia local Sapa, Kasrilis hizo un paralelismo entre la situación actual y lo sucedido a comienzos de 1994, cuando Sudáfrica se acercaba a las primeras elecciones democráticas después del régimen del "Apartheid".
Según el ministro, en 1994, "elementos" que estaban a favor del régimen hicieron circular armas para que se atacara a la comunidad.
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