Este artículo se publicó hace 15 años.
El Ejército pone fin al asedio a un centro policial paquistaní
Fuerzas de seguridad paquistaníes tomaron el control de una academia de policía en Lahore el lunes, después de que un grupo de milicianos irrumpieran en la plaza de armas del centro, matando a hasta 20 personas antes de atrincherarse durante horas.
"La operación ha concluido. Cuatro terroristas murieron y tres fueron arrestados", dijo a Reuters el secretario del Ministerio del Interior Kamal Shah. Agregó que 89 policías resultaron heridos, pero que aún están evaluando el número de fallecidos.
Los canales de televisión mostraron a los policías festejando, alabando a Dios y disparando al aire, poco después de un intenso estallido de armas de fuego dentro de la academia.
El gobernador de Punjab, Salman Taseer, señaló que las autoridades tenían datos de cuatro muertes confirmadas, aunque los canales de televisión elevaban ese número a 20.
"Parecía el Día del Juicio Final; cada hombre estaba por su cuenta. Todos los jóvenes intentaban correr para salvarse", dijo a periodistas un joven cadete con las manos vendadas en un hospital.
Inevitablemente, este ataque aumentará los temores por la creciente inseguridad en Pakistán, un país que cuenta con armas nucleares.
El asalto se produjo menos de un mes después de que una decena de personas armadas atacara en esta ciudad al equipo de cricket de Sri Lanka, matando a seis policías y un conductor de autobús. Los responsables del hecho escaparon.
Un policía herido describió cómo los atacantes lanzaron su ofensiva cuando los reclutas estaban realizando su ejercicio matutino en la plaza de armas de la academia de Lahore, en el este del país.
"Una granada alcanzó a la sección que está al lado de la nuestra (...) luego se escucharon disparos durante 20 minutos", dijo el policía a periodistas reunidos alrededor de su cama de hospital.
"Un hombre con ropa clara, creo que era blanca, se paró frente a nosotros y comenzó a disparar. Querían causar todo el daño posible", describió.
Los islamistas han lanzado una campaña de violencia para desestabilizar el país, de 170 millones de personas y mayoría musulmana, y han puesto en jaque la capacidad del Gobierno, que lleva un año en el cargo, para afrontar el reto.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, hizo del apoyo al Gobierno del presidente Asif Ali Zardari una pieza central de su revisión de la política estadounidense hacia Afganistán y Pakistán anunciada el viernes, y que supuso la supresión de Al Qaeda como su principal objetivo.
Tropas paramilitares y del Ejército organizaron un asedio al centro, disparando desde los tejados de los edificios cercanos, mientras los atacantes devolvían el fuego con pistolas y lanzaban granadas para mantener alejadas a las fuerzas de seguridad.
La violencia ha aumentado en Pakistán desde mediados del 2007, con ataques contra las fuerzas de seguridad, miembros del Gobierno y blancos occidentales.
Aunque ha habido ataques en todas las grandes ciudades de Pakistán, la mayor parte de la violencia ha ocurrido en la región noroeste, cerca de la frontera afgana.
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