Este artículo se publicó hace 16 años.
Ecuador finaliza en la calle la campaña constitucional
Gobierno y oposición cerraron el jueves con multitudinarias marchas la campaña para defender los pro y contra de la carta magna socialista que impulsa el presidente Rafael Correa, a quien los sondeos dan ventaja para el referéndum del domingo en Ecuador.
Tanto Correa como sus rivales realizaron movilizaciones que terminaron sin incidentes en la ciudad porteña de Guayaquil, el mayor centro económico del país andino, donde la oposición podría hallar un balón de oxígeno si, como prevén los sondeos, el texto no logra el apoyo necesario para su ratificación.
La campaña, que arrancó hace 45 días, ha estado marcada por duras y agresivas acusaciones verbales entre los defensores y críticos del proyecto, que de ser aprobado otorgaría al mandatario izquierdista amplios poderes sobre la economía y le abriría las puertas a la reelección.
"Nuestra propuesta de presente y futuro tiene que ver con la solidaridad. No queremos una sociedad de pobres, que es fruto de sistemas perversos que cambiaremos el próximo domingo", dijo Correa durante su último discurso de campaña en un estadio que no pudo llenar como esperaba.
El presidente ha concentrado su esfuerzo proselitista en la ciudad con más electores del país durante la recta final de los comicios, consciente de que salir derrotado en su ciudad natal supondría una victoria simbólica para sus adversarios.
Las calles de Guayaquil se convirtieron desde primeras horas de la tarde en un hervidero donde oficialismo y oposición midieron fuerzas días antes de la crucial votación, en la que los últimos sondeos pronostican una aprobación del polémico texto constitucional.
Carteles, banderas, canciones y gritos fueron la constante de una maratónica jornada en la que diferentes grupos y movimientos defendieron sus posiciones en varias ciudades del país, tratando de convencer a sus compatriotas para dar un "Sí" o un "No" a una carta magna que la mayoría todavía desconoce.
Correa exhibe un duro discurso contra de las clases adineradas, a las que acusa de no querer que los ecuatorianos salgan de la pobreza, y con el que ha despertado las esperanzas de una población que clama desde hace años por un cambio, una mayor asistencia del Estado y mano dura contra la corrupción.
Sin embargo, la debilitada oposición, cuyo líder más visible es precisamente el alcalde de Guayaquil, advierte que el mandatario busca obtener poderes dictatoriales con los que emular las radicales políticas económicas de su amigo y aliado venezolano Hugo Chávez.
/Por Alexandra Valencia/.*.
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