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La economía de EEUU cae un 6,1% pero renace el consumo

El PIB bajó en picado en el primer trimestre y marca la peor serie en 60 años

ANA TUDELA

Estados Unidos, arquitecto responsable de los daños en la estructura económica mundial, parece tener por fin apuntalada su propia economía. La primera potencia ha tenido que hundir tanto la máquina para recuperar la firmeza de sus cimientos, que su producción de bienes y servicios (Producto Interior Bruto o PIB), se redujo un 6,1% en el primer trimestre de 2009, según los datos preliminares hechos públicos ayer por el Departamento de Comercio. La cifra, unida al 6,3% de caída del trimestre anterior (último de 2008), arroja la peor serie en más de 60 años.

Nunca desde 1947, EEUU había encadenado dos trimestres con caídas por encima del 5% y, sin embargo, Wall Street respiró ayer aliviada con la noticia y se puso a subir.

¿Por qué? La respuesta está en las vigas que sostienen la economía estadounidense. El edificio soporta desde hace tiempo un importante peso acumulado en los almacenes: el inventario industrial. Estados Unidos seguía arrojando producción al mismo ritmo que en épocas de bonanza, con la diferencia de que la demanda de los consumidores, agarrotada por la crisis y el desempleo, ya no justificaba dicho ritmo. Ni siquiera en el cuarto trimestre del pasado ejercicio se observó una caída significativa del valor de la producción no vendida que demostrase que se estaba produciendo el ajuste. Entre enero y marzo de 2009, el cambio ha sido radical. La reducción de los productos almacenados en cifras absolutas ha sido en un solo trimestre un 60% superior a la que se produjo durante toda la segunda mitad de 2008, cuando la economía de EEUU entró oficialmente en recesión.

Es una noticia digna de celebración por los mercados, aunque el dato como tal sea malo, puesto que resta 2,8 puntos porcentuales al PIB. El cambio en el inventario forma parte del epígrafe que más contribuyó a la caída del PIB: la inversión del sector privado del país.

Pero lo más relevante es que el verdadero pilar sobre el que descansa la economía de EEUU, la filosofía consumista de sus habitantes, está perdiendo de nuevo el miedo a hacer lo que mejor sabe: gastar dinero. El gasto personal, que pesa un 70,7% en el PIB de EEUU, se incrementó un 2,2% después de dos trimestres a la baja. Con la producción ajustada, ésa puede ser la luz al final del túnel de la presente crisis económica.

 

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