Este artículo se publicó hace 14 años.
Dos años de cárcel para el guardaespaldas de Tamayo por hacerse pasar por agente del CNI
Se hacía pasar por agente para "sentirse importante"
La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a un año y diez meses de cárcel a José Antonio Expósito Serrano, conocido por ser el guardaespaldas de los tránsfugas del Tamayazo, por hacerse pasar entre 2003 y 2005 por agente de CNI para darse mayor importancia ante la gente que le rodeaba.
En una sentencia hecha pública hoy, la Sección Cuarta condena a Expósito a doce meses de prisión por un delito de descubrimiento y revelación de secretos con la atenuante muy cualificada de trastorno psíquico, a cuatro meses por un delito de falsificación de documento y a seis meses por usurpación de funciones públicas.
A Expósito se le conoce por ser la persona que escoltó al ex diputado del PSOE Eduardo Tamayo a un hotel para no asistir al pleno de investidura de Rafael Simancas, lo que evitó la elección del socialista como presidente de la Comunidad de Madrid, llevó a una nueva convocatoria de elecciones y a la victoria de Esperanza Aguirre.
La resolución da por probado que Expósito aparentó ante diferentes personas, entre ellos dos policías nacionales, que era miembro del CNI. Para ello, se valió de documentación que falsificó y obtuvo datos de carácter reservado.
Junto a Expósito, se sentaron en el banquillo dos agentes del Cuerpo Nacional de Policía, David G. y Jesús Esteban G., por dos delitos de revelación de secretos, por los que se enfrenta a cinco años de cárcel. Ahora, el tribunal les absuelve por falta de acusación.
"Un halo de misterio"En el juicio, el acusado reconoció que se hizo pasar por agente para rodearse de "un halo de misterio" ante sus allegados y compañeros al no estar pasando "una buena época".
"Les dejaba entrever que colaboraba con los servicios de inteligencia a nivel electrónico y operativo. Estaban convencidos de ello.
Lo hacía con la simple, llana y tonta intención de sentirme importante y destapar mi propio ego. Me sentía bien si la gente me alababa", confesó.
A preguntas de la fiscal, el procesado situó el origen de su "fantasía" en el trauma que le causó que le utilizaran como "recadero" los altos cargos del Banco Santander Central Hispano para quienes trabajaba como chófer. "Me hacían ir a por bolsas al Corte-Inglés y a por sus hijas. Eso me provocó un trauma que me llevó a crear todo esto. Me rodeaba un halo de misterio y acompañaba esa mentira", confesó.
Así, el procesado reconoció que contó que había participado en operaciones terroristas como agente del CNI y que falsificó los distintivos de este organismo, descargando logotipos del CNI y confeccionando carnet falsos con una cartulina y "poniendo letritas".
Relató que incluso llegó a repartir los carnet entre conocidos, incluido su hijo, porque era algo "poco visto" y les "hacía ilusión".
También colocaba distintivos en el coche para aparcar en lugares oficiales.
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