Los que gustan de la buena mesa y bebida, los bon vivants que saben apreciar y dotar de exquisitez a cada momento de su existencia, tienen de nuevo una cita este verano en Logroño, Haro y San Asensio. Estas tres localidades riojanas celebran un año más sus fiestas del vino, celebraciones en las que gastronomía, diversión y los mejores caldos para acompañarlas van de la mano. Imposible resistirse.

En Haro, todas las armas son válidas para la incruenta lucha que se celebra cada 29 de junio: la Batalla del vino, declarada de interés turístico, data de principios del siglo XX y sigue recreando en los riscos de Bilibio una lucha pacífica que tiene su origen en un conflicto territorial con la localidad burgalesa de Miranda de Ebro. El Regidor Síndico abre la comitiva a caballo hasta los riscos, en cuya parte más alta coloca el pendón de la ciudad. Tras la misa comienza la batalla propiamente dicha, en la que todos los asistentes se arrojan miles de litros de vino que van tiñendo las prendas y hasta el ambiente de fiesta. Y después de la lucha, el descanso del guerrero, que en Haro se traduce en un almuerzo y en el baile de las tradicionales vueltas en la Plaza de la Paz, junto al ayuntamiento.

En esta geografía de la 'guerra del vino' nos detenemos también en el pequeño ayuntamiento de San Asensio, que cada 25 de julio, en torno a la festividad de Santiago Apóstol y desde 1977, queda regada por su bien más preciado y característico: el vino clarete. Pasacalles, degustaciones, música y espectáculos varios completan el programa anual de esta festividad.

Las celebraciones en torno al vino tienen su última cita veraniega en la Fiesta de la Vendimia Riojana, que Logroño acoge este año durante la semana del 19 al 26 de septiembre. Coincidiendo con la Fiesta de San Mateo, el día 21, el primer mosto de la vendimia se ofrece a la Virgen de Valvanera, patrona de La Rioja. Actos religiosos se combinan con la diversión más profana, que proporcionan las degustaciones de productos típicos de las peñas, los itinerarios guiados por el casco antiguo o los conciertos en la plaza del ayuntamiento.

Desde el año 2008 los actos de la celebración se han visto incrementados con el 'Día de la vendimia', una jornada de marcado carácter popular dedicada al folclore tradicional relacionado con el vino, en la que se recrea una vendimia tradicional en el casco antiguo. Y desde 2007, la 'Fuente del vino' llena de color una de las principales vías de acceso al centro de la ciudad. El final de la celebración viene marcado por una comitiva fúnebre que quema la cuba de vino en la plaza del Ayuntamiento y que echa el cierre a siete días de intensa fiesta.