Este artículo se publicó hace 14 años.
Los diputados ucranianos se pegan por la flota rusa
Los parlamentarios intercambian insultos y puñetazos tras la ratificación de un acuerdo con Moscú para prorrogar 25 años la presencia naval de Rusia en el puerto ucraniano de Sevastopol
El amor y odio hacia la vecina Rusia que divide a los ucranianos convirtió ayer el Parlamento de Kiev en el escenario de una batalla campal. Profiriendo gritos e insultos, los políticos opositores se abalanzaron sobre miembros del partido gubernamental, les asestaron puñetazos, y les arrojaron huevos y bombas de humo que obligaron a algunos diputados a buscar refugio tras sillas y paraguas, y a otros, a abandonar el hemiciclo.
Todo empezó inmediatamente después de que el Parlamento ratificase el acuerdo para prorrogar hasta 2042 la permanencia de la Flota Rusa del Mar Negro en el puerto ucraniano de Sevastopol. Aunque el acuerdo bilateral fue firmado hace una semana por el presidente de Ucrania, Víktor Yanukóvich, y su homólogo ruso, Dmitri Medvédev, y el Gobierno se había asegurado los votos suficientes para el trámite parlamentario, la oposición confiaba en una derrota que no ocurrió: 236 legisladores, diez más de los necesarios, votaron a favor de una prórroga de la base naval por 25 años.
"Ucrania no está en venta""¡Traidores, dimisión!", gritaron los miembros del bloque opositor al conocer el resultado de la votación; exabruptos parecidos a los que podían escucharse a las puertas del Parlamento, donde decenas de manifestantes agitaban pancartas con el eslógan Ucrania no está en venta.
Las pancartas hacían referencia a la elevada suma ofrecida por Moscú para asegurarse el control del estratégico puerto de Sevastopol: un 30% de descuento en el precio de venta de gas natural ruso, lo que equivale a unos 30.000 millones de euros durante los próximos diez años, según las autoridades ucranianas.
El acuerdo ratificado ayer permitirá a Rusia mantener en la península ucraniana de Crimea su flota naval más importante del mar Negro, que incluye 16.200 militares y unos 30 buques de guerra. La base fue vital durante la Guerra Fría, pero volvió a demostrar su importancia para los intereses rusos en el verano de 2008, cuando Moscú la usó para lanzar su ofensiva contra Georgia por la república independentista de Osetia del Sur.
Además, la renovación del acuerdo acerca de nuevo a Moscú y Kiev tras el distanciamiento vivido con el anterior Gobierno, presidido por Víktor Yúschenko, que se dejó cortejar por Estados Unidos y la Unión Europea.
"Página negra en la historia"La líder opositora, la ex primera ministra Yulia Timoshenko, era partidaria de expulsar a la flota rusa del país en 2017, fecha en la que vencía el anterior acuerdo. Por eso, calificó la prórroga como "una página negra en la historia de Ucrania y del Parlamento ucraniano".
En declaraciones a la prensa, Timoshenko dijo que "el país necesita construir un sistema poderoso de defensa" y repitió el lema de los manifestantes antigubernamentales: "Ucrania no está en venta".
Pese a sus palabras, la ex república soviética atraviesa una fuerte crisis económica y el Ejecutivo presidido por Yanukóvich destaca que la importante rebaja energética ofrecida por Moscú será un balón de oxígeno para las cuentas estatales.
"No hay alternativa a la decisión que hemos tomado. La ratificación del acuerdo significa comprar gas a un precio inferior y un precio inferior significa más presupuesto estatal", rebatió el primer ministro ucraniano, Mykola Azarov.
"El nuevo presupuesto significa que podemos llegar a un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional y podemos obtener inversiones. Es un proyecto de desarrollo de Ucrania para el futuro", agregó Azarov.
El Parlamento ruso ratificó también la renovación de la base en Sevastopol poco después de que lo hiciese la Cámara Baja ucraniana. La mayoría de los parlamentarios aplaudieron la decisión favorable de Kiev antes de emitir sus propios votos.
"El triunfo de la razón"Desde Noruega, Medvédev se mostró satisfecho ante los medios de comunicación: "Esto demuestra el triunfo de la razón. Los intereses estratégicos de Ucrania han prevalecido sobre las emociones momentáneas exhibidas hoy [por ayer]".
El influyente primer ministro ruso, Vladímir Putin, también dio su visto bueno a la victoria obtenida en el país vecino. "Pese a la representación llevada a cabo por hooligans opositores, este es un primer paso hacia la estabilización de la situación política ucraniana", afirmó Putin.
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