Este artículo se publicó hace 15 años.
Dieta mediterránea: buena para la salud, mala para la billetera
Adherir a la dietamediterránea rica en pescado, aceite de oliva, legumbres,frutas y verduras es bueno para el corazón, pero costosa yhasta prohibitiva, indicó un estudio realizado en España.
Por lo tanto, se necesitan medidas "de avanzada" para"aumentar la probabilidad de que la población adopte un patrónalimentario saludable, que mejore la salud y la prevención deenfermedades en la población", dijo a Reuters Health la doctoraMaira Bes-Rastrollo.
Algunas de las opciones serían fijar impuestos sobre losalimentos no saludables y/o subsidiar la comida sana.
El equipo, del Departamento de Medicina Preventiva y SaludPública de la Facultad de Medicina de la Universidad deNavarra, estudió los costos de las dietas mediterránea yoccidental entre más de 11.000 graduados universitariosespañoles con un nivel similar de ingresos.
Todos participaban en un estudio a largo plazo a partir de1999 para evaluar la relación entre la dieta, la obesidad y lasenfermedades crónicas.
El análisis reveló que cuanto más adherían esos adultosjóvenes a la dieta mediterránea, más dinero gastaban por día enalimentos.
En cambio, cuanto más adherían a la dieta occidental, quees rica en grasa saturada, azúcar y carne roja, menos dinerogastaban a diario.
Este estudio español, señaló Bes-Rastrollo, demuestra que"es más costoso adoptar un patrón alimentario mediterráneosaludable que un patrón occidental y el mismo estudio enEstados Unidos tendría los mismos resultados o aún mayoresdiferencias en los costos de ambas dietas".
Debería tenerse en cuenta esa "barrera económica" cuando seasesora a la población sobre la necesidad de adoptar una dietamás saludable "porque el costo podría ser prohibitivo",agregó.
El equipo halló también que el 31 por ciento de losparticipantes aumentó de peso durante el estudio (más de mediokilo por año, en promedio) y, tras considerar factores quepodrían sesgar los resultados, las personas que más gastaban encomida eran un 20 por ciento más propensas a aumentar de peso,independientemente del patrón alimentario elegido.
Ese grupo tendía a tener más edad, a haber dejado de fumar,a beber más jugos frutales, gaseosas y bebidas alcohólicas conmuchas calorías, y a pesar inicialmente más, lo que sugiere queeran personas más propensas a engordar por el estilo de vida ofactores genéticos, finalizó el equipo.
FUENTE: Journal of Epidemiology and Community Health,septiembre del 2009
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