Este artículo se publicó hace 14 años.
Díaz Ferrán se va justo al año de caer Air Comet
La agonía que pasaron muchos de los casi 800 trabajadores de Air Comet que estuvieron más de seis meses sin cobrar es uno de los episodios más sangrantes del fiasco empresarial protagonizado por Gerardo Díaz Ferrán y su socio, Gonzalo Pascual. Ayer hace justo un año que los dos exdueños de la aerolínea la cerraron dejando a unos 7.000 pasajeros en tierra. Se escudaron en que un juez británico les embargaba los aviones por no pagar 17 millones del alquiler. Justo un año después de la caída de Air Comet, que motivó que agrupaciones de la CEOE empezaran a moverle la silla a Díaz Ferrán, este abandona su cargo. Se cierra el círculo.
Sus problemas empresariales provocaron la crisis en la CEOE
Hace 12 meses que el empresario empezó a sentir sobre sus espaldas la presión de voces descontentas en la patronal porque sus problemas empresariales comenzaban a contaminar la imagen de la CEOE. Al final, tuvo que dimitir.
A lo largo de este año, se ha ido rompiendo el imperio turístico de Díaz Ferrán y de Pascual, ahora hecho añicos tras un reguero de impagos. La plantilla de la aerolínea ha sido la que más ha sufrido, impagos de cotizaciones sociales incluidos. Técnicos de mantenimiento, azafatas o pilotos pasaron de diciembre a mayo también sin nóminas, buscando trabajos alternativos o teniendo que dejar su piso por no poder pagarlo. Hasta que el juez que tramita el concurso de acreedores (antes suspensión de pagos) de Air Comet, presentado por la compañía en marzo, autorizó el despido de los entonces 700 empleados. Por fin podían cobrar la prestación del paro.
Los empleados, las víctimas
Ahora le esperan los embargos y varios procesos judiciales
Tampoco han salido indemnes del hundimiento las trabajadoras de Limpiezas Roda, que soportaron retrasos en las nóminas, ni los empleados de Seguros Mercurio, que fue disuelta por el Gobierno por su agujero patrimonial, o los trabajadores de Viajes Marsans, los últimos en caer en un gran grupo que llegó a contar con más de 4.500 empleados. En junio, Díaz Ferrán y Pascual traspasaron las cenizas de su conglomerado al liquidador de empresas Ángel de Cabo.
El futuro no se presenta muy tranquilizador. El ya ex presidente de la patronal, impulsado en su día a ese cargo por la presidenta madrileña, Esperanza Aguirre, afronta al menos cuatro procesos judiciales. Los jueces que aún tramitan los concursos de Marsans y Air Comet han visto indicios de culpabilidad, como ex gestor, en la insolvencia de estas empresas. Además, afronta embargos compartidos por casi 500 millones, pero asegura que sus "cuentas están secas".
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