Desmantelada una banda que vendía yeso en vez de cocaína

Ofrecían cocaína y vendían yeso o azúcar. Una banda formada por once personas de nacionalidad colombiana timaba a narcotraficantes con una preparada puesta en escena para hacer creer a los que compraban la droga que se trataba de cocaína de gran pureza.

Una vez engañados los compradores, y en el momento en que se iba a realizar el intercambio de la mercancía por el dinero, los miembros de la banda se hacían con el dinero y escapaban precipitadamente, en ocasiones tras emplear la violencia o la intimidación.

La Guardia Civil ha detenido a los once integrantes del grupo, once personas de nacionalidad colombiana. Para localizar a posibles compradores, un contacto en Colombia les indicada qué personas estaban interesadas en adquirir cocaína en España a cambio del 50% de los beneficios.

Las investigaciones se iniciaron cuando la Guardia Civil tuvo conocimiento de la existencia de un grupo organizado, asentado en las localidades madrileñas de Alcalá de Henares y Torrejón de Ardoz, que tras contactar con narcotraficantes interesados en la compra de cocaína en España, les entregaban otro tipo de sustancia. Una preparada puesta en escena les hacía creer que se trataba de cocaína de gran pureza.

La red desmantelada gracias a la operación 'Carsuma' recibía desde Colombia información sobre personas interesadas en la compra de cocaína en toda España. Tras contactar con estos narcotraficantes y concretar una cita, les enseñaban una muestra de cocaína auténtica.

Una vez convencidos los compradores, ultimaban la cantidad total a adquirir, importe económico y lugar donde se realizaría el intercmbio, habitualmente en apartamentos alquilados por horas.

Según la cantidad de cocaína solicitada, los detenidos trasladaban al lugar de la cita paquetes de similares características y proporiones a los normalmente utilizados en el tráfico de drogas y cuyo contenido real era escayola, yeso o azúcar. Una vez realizado el intercambio de la supuesta cocaína por el dinero, los vendedores huían precipitadamente del lugar antes de que los compradores pudieran comprobar el engaño del que habían sido víctimas.