Este artículo se publicó hace 15 años.
La desesperanza aumenta el riesgo de ACV en las mujeres: estudio
Por Julie Steenhuysen
En las mujeres, los sentimientos dedesesperanza no sólo son tristes sino además un factor deriesgo de accidente cerebrovascular (ACV), informaroninvestigadores de Estados Unidos.
El equipo señaló que las mujeres saludables pero condesesperanza crónica eran más propensas a formar placa en lasarterias del cuello, lo que puede provocar un ACV.
"Estos resultados sugieren que las mujeres que experimentansentimientos de desolación correrían más riesgo futuro deenfermedad cardíaca y ACV", dijo Susan Everson-Rose, de laEscuela de Medicina de la University of Minnesota, cuyo estudiofue publicado en la revista Stroke.
Muchos estudios han relacionado la depresión con laenfermedad cardíaca e investigaciones recientes indicaron queel optimismo protegería a las mujeres de esa condición.
El estudio de Everson-Rose es el primero en mostrar que ladesesperanza afectaría directamente el riesgo de ACV de unamujer saludable.
Los investigadores observaron a 559 mujeres con un promediode 50 años de edad que no tenían indicios clínicos deenfermedad cardíaca, como por ejemplo presión arterial alta.
Para medir la desesperanza, el equipo realizó preguntassobre el futuro y los objetivos personales. También midieronlos síntomas de depresión empleando una escala de evaluación de20 puntos y se tomaron imágenes por ultrasonido de las mujeres,para medir el espesor de sus arterias del cuello.
"Lo que hallamos es que en aquellas mujeres que informabansentir desesperanza sobre el futuro o sus metas personales elgrosor arterial era mayor, lo que indicaba la presencia deaterosclerosis, que es un vaticinador de ACV e infarto",manifestó Everson-Rose en una entrevista telefónica.
En las mujeres que presentaban una desesperanza elevada,las arterias del cuello eran 0,02 milímetros más gruesas quelas de sus pares con más esperanza.
La diferencia fue significativa incluso después de tener encuenta otros factores de riesgo para el corazón, como la edad,la raza, el ingreso, los indicios de peligro de enfermedadcardíaca y la depresión.
Everson-Rose dijo que el equipo observó específicamente lasdiferencias entre las mujeres desesperanzadas y aquellas quetenían depresión, un desorden más expandido en el mundo queafecta el sueño, el apetito y el humor en general.
"Lo que descubrimos es que este engrosamiento en lasarterias del cuello es una característica específica de ladesesperanza", añadió la experta.
Everson-Rose señaló que se necesitan estudios paracomprender qué cambios fisiológicos puntuales ocurren en lasmujeres con desolación crónica. La investigación no evaluó, porejemplo, los niveles de cortisol, una conocida hormona delestrés.
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