Este artículo se publicó hace 12 años.
De desahuciados a 'okupas'
Una familia colombiana que fue desahuciada en julio habita un piso vacío en el mismo bloque en el que vivía tras serle denegada por la Comunidad de Madrid su solicitud para recibir un alquiler social
Una familia colombiana que fue desahuciada el pasado mes de julio de su casa situada en el madrileño barrio de San Cristóbal de los Angeles, un barrio del sur de Madrid en el que se viven desahucios a diario, ha okupado un domicilio de su mismo bloque al ver que su solicitud para un alquiler social fue denegada y querer quedarse en la calle "con dos niñas".
A las puertas de su nueva casa, la madre de la familia, María, cuenta que esta es la salida que han encontrado al ver que su solicitud de alquiler social solicitada al IVIMA de la Comunidad de Madrid les fue denegada por falta de documentos.
En relación al desahucio que vivieron el pasado 11 de julio, este matrimonio asegura que "fue muy triste, porque le sacan a uno de su casa encima con dos niñas". Las dos menores "se pusieron a llorar viendo la situación". "Fue horrible, a pesar de que han pasado más o menos tres meses no nos hemos recuperado de eso, ando con depresión", lamenta María.
Asimismo, el marido de María, Tulio, comenta que a la actual situación por la que están atravesando hay que sumarle que "te quedas con una deuda, es fortísimo". Por ello, esta familia ha decidido empezar a ahorrar una parte de la prestación por desempleo que aún mantiene María para comprar billetes de avión y poder regresar a su Colombia. "Nosotros estamos pensando que si la situación sigue así pues regresaremos a nuestro país".
"El desahucio fue horrible. No nos hemos recuperado de eso, ando con depresión"
Preguntada por su situación de alerta frente a una posible visita policial, María asegura: "Es una intranquilidad. Cada vez que suena la puerta estás con el temor de que te van a sacar. Uno no está tranquilo". Esta familia vive gracias a la prestación por desempleo que aún mantiene María de su último trabajo, en el que cobraba 900 euros y debía mantener a la familia y el pago de una hipoteca que, pese a reducirse de 750 euros a 500, no pudieron hacer frente.
Solidaridad vecinalTulio y María tienen el apoyo de sus vecinos: fueron ellos los que les avisaron para okupar esta casa deshabitada antes de que entrase otra gente "problemática". "Nos dijeron: meteros vosotros que mejor vosotros que otras personas", cuenta Tulio.
María insiste en que sin el apoyo de los vecinos no hubiesen tomado esta decisión. "Hemos tenido suerte porque hemos contado con el apoyo de los vecinos. Ellos siempre están pendientes de nosotros, preguntan si nos hace falta algo. Siempre están pendientes. Son buenos", apunta.
En este sentido, este matrimonio matiza que haber convivido de forma legal les ha supuesto una "ventaja". "No dimos problemas y no tuvieron queja, por eso, hemos tenido el apoyo, si no, nos hubieran apoyado".
A esta problemática, se suma el creciente número de okupaciones, que sufren decenas de viviendas situadas en este barrio, en el que numerosa gente sin recursos ve como escapatoria a su inestabilidad el 'okupar' viviendas o alquilar a terceros casas previamente 'okupadas'.
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