El déficit público de Estados Unidos se está reduciendo a un ritmo mucho más rápido de lo previsto, como consecuencia de la reactivación de la economía más grande del mundo, y la bipartidista Oficina Presupuestaria del Congreso (CBO, según sus siglas en inglés) calcula que se ha reducido hasta sólo el 4% del Producto Interior Bruto (642.000 millones de dólares), desde el 7% (1,1 billones) registrado en 2012.Eso supone una caída del déficit presupuestario estadounidense de 203.000 millones de dólares más de lo que se preveía hace tres meses, justo en el momento en que los países de la Eurozona están entrando en su recesión más prolongada a causa de los fallidos intentos de reducir sus déficits públicos mediante rigurosas políticas de austeridad.Además, la política de estímulos públicos al desarrollo económico aplicada por el presidente norteamericano, Barack Obama, ha conseguido que las deudas de los hogares se hayan reducido en 110.000 millones de dólares durante el primer trimestre del año gracias a una clara mejoría de la situación financiera de las familias: el número de créditos con una morosidad de más de 90 días ha disminuido del 6,3% al 6%, según los datos proporcionados por el Banco de la Reserva Federal de Nueva York.La Oficina Presupuestaria del Congreso prevé que el déficit caiga al 3,4% en 2014 y sólo 2,1% en 2015 Ahora, la CBO predice que el déficit público de EEUU seguirá reduciéndose aceleradamente, para marcar un 3,4% del PIB el año próximo y descender a sólo el 2,1% en 2015. En gran parte, eso se debe a que el Estado está aumentando sus ingresos tributarios a consecuencia de los estímulos económicos: la recuperación ha generado en el primer trimestre 105.000 millones de dólares más de lo vaticinado en recaudación de impuestos, procedentes tanto de contribuyentes individuales como de empresas.La reactivación del mercado inmobiliario estadounidense también ha permitido a los dos gigantes hipotecarios del país, Fannie Mae y Freddie Mac (actualmente bajo control gubernamental después de su rescate con fondos públicos tras el estallido de la burbuja financiera y de las subprimes), abonar al Tesoro Federal un total de 95.000 millones de dólares.