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"¿Debería Goldman Sachs seguir vendiendo ese negocio de mierda?"

El Senado de EEUU acorrala a la empresa, acusada de fraude, que intenta defenderse

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Los ejecutivos de Goldman Sachs, entre ellos su presidente, Lloyd Blankfein, defendieron este martes las prácticas de la entidad financiera frente a las acusaciones de representantes del Senado de que engañó a sus clientes y logró jugosas ganancias mientras se desmoronaba el mercado inmobiliario.

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Desde el banquillo de los acusados y bajo juramento, los ejecutivos insistieron durante horas de audiencia ante el Subcomité Permanente de Investigaciones del Senado en que no incurrieron en prácticas indebidas y rechazaron haber contribuido a la crisis.

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"Cuando los clientes compran, también están comprando un riesgo", explicó Blankfein, al frente de una empresa con unos 35.000 empleados en el mundo.

"Lo que les vendemos se supone que les ofrece el riesgo que quieren. No nos buscan para que les demos nuestros puntos de vista", agregó Blankfein, al defender que la empresa no tiene obligación de opinar sobre los activos que comercializa.

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En su testimonio, ya adelantado previamente a la prensa, Blankfein negó que la empresa hubiera apostado contra el sector inmobiliario o contra sus clientes antes de la crisis de Wall Street.

Según Blankfein, durante la crisis de 2007 y 2008, Goldman Sachs sufrió pérdidas de 1.200 millones de dólares en activos vinculados con el sector inmobiliario.

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"No creo que hayamos hecho nada malo"

La audiencia con ejecutivos de la empresa, pasados y presentes, fue convocada para analizar el papel de Goldman Sachs en la crisis financiera, que causó un efecto dominó en el resto de la economía estadounidense y global.

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Otro ejecutivo de Goldman Sachs, Michael Swenson, afirmó que la empresa no causó la crisis financiera.

"Nosotros no causamos la crisis financiera... y no creo que hayamos hecho nada malo", dijo Swenson, aunque reconoció que hubo cosas "que pudimos hacer hecho mejor".

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Por su parte, Fabrice Tourre, un ejecutivo de Goldman Sachs en el centro de una demanda por fraude entablada por la Comisión de Valores de EEUU (SEC), dijo estar "entristecido" por el hundimiento del mercado en 2007 y 2008 pero que su conducta "fue correcta".

Tourre, de 31 años, lamentó que unos correos electrónicos divulgados por investigadores del Senado hayan dado una "mala imagen de la empresa y de mi persona".

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"Tomamos algunas malas decisiones empresariales"

Esa correspondencia detallaba algunas transacciones que Tourre promovió en términos poco halagüeños. En uno de ellos, incluso se autoproclamaba 'el fabuloso Fab'.

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Daniel Sparks, un ex ejecutivo de la división hipotecaria de Goldman Sachs, reconoció que las normas de crédito se flexibilizaron "demasiado" pero tampoco ofreció disculpas.

"Cometimos errores en nuestro negocio, como creo que ocurre en cualquier negocio, y tomamos algunas malas decisiones empresariales", admitió Sparks.

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Los senadores sostuvieron sus acusaciones de que Goldman Sachs engañó a los clientes y apostó contra el sector inmobiliario en medio de una gran crisis.

El senador demócrata Carl Levin, visiblemente molesto, destacó en varias ocasiones un correo electrónico dirigido a Sparks en el que se hablaba de "un negocio de mierda", en referencia a un fondo conocido como 'Timberwolf'.

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"¿Cuántos de esos negocios de mierda continuó vendiendo a sus clientes?"

Levin intentó acorralar a Sparks sobre inversiones presuntamente perjudiciales para los clientes de la empresa.

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"¿Cuántos de esos negocios de mierda continuó vendiendo a sus clientes? ¿Debería Goldman Sachs seguir vendiendo ese negocio de mierda?", preguntó Levin a Sparks, repitiendo un vocablo poco usual en los corredores del Senado.

Antes de la crisis, Goldman Sachs no era un banco conocido entre los estadounidenses medios porque la empresa no tiene sucursales, ni emite tarjetas de crédito o préstamos a consumidores, aunque sí ofrece algunos productos hipotecarios.

La empresa, considerada uno de los gigantes de Wall Street, se concentra en la compraventa de acciones y servicios de asesoría y financiación a empresas, gobiernos, diversos fondos de pensión, y otras instituciones de inversiones.

Pero, tras el colapso financiero de 2008, Goldman Sachs ha dado alas a los esfuerzos en el Congreso por reformar el sistema y evitar crisis futuras.

En la audiencia se escuchaban murmullos del público, y ya antes de que comenzara, dos personas gritaron "¡Goldman Sachs son un puñado de ladrones!" y "queremos empleos y no rescates para estos sinvergüenzas".

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