Este artículo se publicó hace 15 años.
Daniel Torres se sumerge en el mundo adulto con las viñetas de "Burbujas"
Después de treinta años dibujando historias fantásticas y de aventuras, el creador de cómics Daniel Torres ha cambiado de registro con una novela gráfica, "Burbujas", con la que se adentra en el mundo adulto para decir que "hay muy poco tiempo para la reflexión".
"Burbujas", que publica Norma Editorial, surge de "la necesidad de poner en un estado de ficción una perplejidad vital", ha explicado Daniel Torres, el creador del célebre personaje Roco Vargas, en una entrevista con Efe.
Con una portada que podría atraer a un público juvenil, "Burbujas" encierra casi trescientas páginas que dan rienda suelta a las reflexiones de un adulto "que se da cuenta de que no hay respuesta a todas esas preguntas que se hacía cuando era joven", reitera Torres, Premio a Mejor Obra Española, en 1993, en el Salón Internacional del Cómic de Barcelona por "El octavo día".
La historia está protagonizada por Ramón Sánchez, un hombre de 45 años que, tras sufrir un pinzamiento lumbar, choca de manera inexplicable contra el cristal de un acuario. Los peces y el hilo de burbujas que desprenden componen el peculiar escenario con el que Ramón entabla un diálogo consigo mismo, con decenas de preguntas y respuestas, y con el que ejerce de su propio abogado del diablo.
Daniel Torres (Valencia, 1958), cree que "hay que elogiar la pereza" y "Burbujas" es un vehículo con el que reivindica valores como el silencio o el aburrimiento: "creemos que es algo peyorativo, pero los momentos creativos surgen de ese estado de vacío que hemos llamado aburrimiento", asegura Torres.
La obra está cargada de componentes autobiográficos y hasta los personajes más pintorescos son fruto de anécdotas personales del autor: desde la mujer del protagonista -obsesionada por participar en un reality show- hasta los dos hijos, -una "gótica" y un "freaky" de los ordenadores- dos adolescentes arquetípicos, pero también "los que más claras tienen las cosas y más amueblada tienen la cabeza".
Con un dibujo claro y sencillo y mediante "una reivindicación del blanco y negro", Torres deja atrás el cómic clásico para dar prioridad a los diálogos, en un relato que ofrece varios niveles narrativos, desde la realidad a los sueños del protagonista, pasando por historias paralelas que aportan un toque humorístico a las viñetas.
Una guerra en las trincheras entre hombres y mujeres, una pequeña representación del mito de Sísifo o una repentina aparición de Los Beatles, crean "una ficción muy real" o lo que el autor define como una obra de "género testimonial".
La primera novela gráfica de Daniel Torres está llena de referencias cinematográficas con las que el autor busca la complicidad del lector. Para evadirse de la rutina, el personaje se disfraza interiormente de Robert Mitchum, algo que el autor justifica con una afirmación tajante: "la vida es una película muy aburrida".
Daniel Torres está convencido de que "el único momento de reflexión que tenemos son los sueños", y contra esto precisamente intenta luchar su personaje: la pecera es un espejo y los peces son su propia conciencia.
Para ser optimista, Torres cree que "hay que estar siempre en movimiento, que los proyectos no se acaben nunca" y, como dice el protagonista de "Burbujas", "que recuerdo sustituya proyecto".
"Es importante recordar y pensar que por delante todavía hay muchas cosas", concluye Torres, que ahora trabaja en una aventura cómica de 48 páginas, con la que volverá al formato clásico.
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