Este artículo se publicó hace 17 años.
La cumbre de Bali afronta la última jornada con posiciones muy distantes
La conferencia de cambio climático de Bali afronta hoy la última jornada con posiciones todavía muy distantes que dificultan la consecución de un texto final que satisfaga a todas las partes.
Al enfrentamiento que desde el inicio de la conferencia se mantiene entre, por una parte, la Unión Europa -respaldada por los países en vías de desarrollo-, y, por otra, Estados Unidos, Canadá y Japón, se han sumado en las últimas horas las reticencias de Rusia a incluir en el documento final los compromisos específicos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero que está planteando la UE para el año 2020.
Según han informado a EFE fuentes de la delegación española en la cumbre, las reticencias de Rusia responden sin embargo a argumentos diferentes a los utilizados por Estados Unidos o Canadá, que se niegan a incorporar cifras concretas por entender que pueden condicionar las negociaciones futuras sobre el protocolo que deberá sustituir al de Kioto, que vence en 2012.
La Unión Europa mantiene su posición de firmeza para que el documento final de la cumbre incorpore de una forma clara que los países industrializados se comprometen a reducir sus emisiones, y apuesta por que ese documento incorpore que la reducción será de entre el 25 y el 40 por ciento en el año 2020.
La UE mantiene en Bali que esa horquilla (25-40) es la que han recomendado los científicos en el último informe del Grupo Intergubernamental de expertos de Cambio Climático (IPCC) de la ONU, y que ese informe fue unánimemente aprobado por todos los países.
Sin embargo Rusia ha expresado también sus reticencias a especificar las reducciones que tienen que asumir los países industrializados, por considerar que el informe de evaluación del IPCC no es tan concluyente en ese sentido como mantiene la Unión Europea.
Entre las soluciones que se están planteando para desbloquear la negociación es que el recorte de las emisiones de entre un 25 y un 40 por ciento aparezca en el preámbulo del documento final, y no en la parte dispositiva, aunque los borradores varían continuamente.
Algunas partes apuestan también por renunciar a especificar en el documento esos compromisos y por aplazar ese debate, conscientes de que en el año 2009, cuando se debería cerrar el acuerdo multinacional que sustituirá al de Kioto, habrá cambiado la administración estadounidense.
El propio Al Gore se sumó en Bali a esas tesis, e invitó a los delegados a retomar ese debate en 2009; de una forma gráfica, comparando la situación con un partido de hockey, instó a los "jugadores" a lanzar la pastilla no a la posición donde está el compañero, sino al lugar donde va a estar en el futuro.
El comisario europeo de Medio Ambiente, Stavros Dimas, subrayó que la UE mantiene su exigencia de que el texto final de la conferencia defina la "Hoja de Ruta de Bali" y recoja las recomendaciones de que las emisiones se tienen que reducir entre el 25 y el 40 por ciento en 2020.
"El tiempo se está acabando", dijo Dimas, quien consideró que las negociaciones se encuentran "en un momento crítico".
Ante el desencuentro de las partes y la ralentización de las conversaciones, el presidente de la Conferencia (el ministro indonesio de Medio Ambiente) optó por formar un grupo de negociación en el que están representados un reducido grupo de países.
Por parte de la UE están en esa negociación Portugal, Eslovenia, Alemania y Dinamarca, además de un representante de la Comisión Europea, y en la misma están, entre otros, Estados Unidos, Canadá, Australia, Sudáfrica, Chile, México, Rusia, China, la India o Arabia Saudí.
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