Cristina Almeida: "Pensaba que estábamos haciendo historia"

Cristina Almeida (Badajoz, 1944) ya se bajó del tren de la política activa hace años. La acabó en el PSOE, después de que su partido, el Partido Democrático de la Nueva Izquierda (PDNI) fuese expulsado en 1997 de Izquierda Unida. Pero lo cierto es que ella fue una de las fundadoras de IU en 1986. Y su despacho sirvió de escenario para la constitución de la nueva marca. Almeida contesta a Público por teléfono. 

1. ¿Qué recuerda de la gestación de Izquierda Unida?

Me iría un paso antes, a 1981, cuando Santiago Carrillo me echó del PCE [pertenecía al sector de los renovadores, los que pedían la democratización del partido]. Aquello me dolió mucho. Por eso me sorprendió que en 1985 Gerardo [Iglesias] me llamara para decirme que quería que estuviera en la fundación de una nueva fuerza. Yo estaba encantada de volver a estar con mi gente. Buscábamos una izquierda menos burócrata, institucional y sectaria, capaz de reunir a todos los que no estaban en el PSOE. Creíamos que debía nacer otra cosa y que había que ponerle la máxima ilusión.

2. El éxito del referéndum de la OTAN fue el catalizador.

Sí, aquello rejuveneció a la gente, encendió y sumó los ánimos, la movió a luchar por algo que marcase la diferencia. Había que crear una plataforma a partir de la desilusión de mucha gente.

3. ¿Cómo vivió la firma de la fundación de IU en su despacho de la calle del Españoleto de Madrid?

Todos los avances de la democracia me han emocionado mucho siempre. Y con IU pasó lo mismo. Pensaba que estábamos haciendo historia con la unidad de la izquierda.

4. ¿Qué resumen cabe hacer de los 25 años de IU?

Se aplicaron las malas prácticas de la izquierda más tradicional. No se quiso convertir IU en un partido porque el PCE no quiso. El carácter integrador de IU no era compaginable con la teoría de las dos orillas de Julio Anguita. Se volvió a la vieja cultura.

5. ¿Es viable la refundación?

Dudo de que se consiga. Padece los mismos problemas que antes. Nadie se la cree. Frente a la generosidad de Gerardo, los demás han tenido miedo a perder siglas y favoritismos. Nunca me gustó la izquierda que tiene de enemigo a la otra izquierda.