Este artículo se publicó hace 16 años.
La crisis merma las donaciones a las ONG y lastra sus proyectos
Muchas de estas entidades sociales confiesan atravesar dificultades para captar donantes
La crisis económica no discrimina: empresas, ciudadanos y gobiernos se ven arrastrados por el bucle de la depresión financiera. Y como no podía ser de otra manera, también las ONG.
Lo cierto es que hasta finales de año, que es cuando se cierran las cuentas, las entidades sociales no conocerán exactamente la magnitud de la merma. Sin embargo, la realidad impera y la debacle económica también salpica a estas entidades sociales dificultando su trabajo: la captación de donantes cada vez resulta más difícil y la labor sobre el terreno se ve directamente afectada por la crisis.
"De momento no hay cifras. Lo que hay son comentarios y mensajes que afirman que ha habido un cambio de escenario", dice Toni Codina, director de la Mesa de Entidades del Tercer Sector Social de Catalunya, que explica que las ONG no solo tienen dificultades para captar nuevos donantes, sino que, además, sufren problemas a la hora de negociar los servicios que tienen contratados con la Administración. "Algunos se están planteando si vale la pena continuar dando el servicio", añade.
Pero los problemas de estas organizaciones no acaban en su relación con los poderes públicos. "Con el encarecimiento de las materias primas y los carburantes, la actividad sobre el terreno se hace cada vez más complicada", afirma Arianne Arpa, directora general de Intermón Oxfam, quien ilustra la situación con un ejemplo muy gráfico: "Donde antes podíamos dar 30 kilos de arroz ahora podemos dar 20 ó 15. En Intermón Oxfam venimos de un crecimiento muy fuerte y ahora esperamos uno débil o, incluso, un estancamiento".
Donde antes podíamos dar 30 kilos de arroz ahora podemos dar 20 ó 15Una alarma similar lanzó, a principios de semana, el propio presidente de la Coordinadora de ONG para el Desarrollo (CONGDE), José María Medina. Durante su comparecencia en la recién estrenada Comisión de Cooperación Internacional para el Desarrollo del Senado, explicó que si la crisis financiera internacional "se siente" en España, se agudiza más en el caso de los países más pobres. Así, alertó de que el precio de los alimentos más básicos se ha triplicado en los países en desarrollo.
Por ello, el presidente de CONGDE aseguró que las ONG seguirán reclamando un aumento en "la cantidad y la calidad" de la ayuda. A pesar de calificar de "notable" el esfuerzo del Gobierno durante la pasada legislatura en aumentar la ayuda al desarrollo (del 0,23% del Producto Interior Bruto (PIB) en 2003 se pasó a un 0,5% en 2008), el sector de las organizaciones no gubernamentales insistirá en alcanzar el 0,7% en 2012. Fuentes del sector explican que muchas organizaciones han tenido que renunciar a algunos proyectos ambiciosos que tenían en mente. La tendencia es rebajar expectativas y objetivos a largo plazo. "Algunos tienen miedo a no poder mantener los proyectos", explica Codina.
Negativa de los bancosOtro de los obstáculos significativos a los que se tienen que enfrentar es la falta de financiación por parte de los bancos. El celo de las entidades financieras no discrimina entre pedir dinero para una hipoteca familiar o para construir una escuela en África. Para Médicos sin Fronteras, la hora de la verdad será a finales de año y aunque, de momento, se alegran de la fidelidad de sus socios, también confiesan que "durante el mes de agosto las cifras de captación de donantes fueron más bajas". "No sabemos si esta será la tendencia", explica Anna Pineda.
Para Amnistía Internacional, la situación es parecida. Gracias a unos socios "muy comprometidos", la crisis les afecta de manera relativa. Aunque también hablan de una ralentización de las nuevas altas. Pero independientemente de la situación de cada entidad, en lo que todas las ONG se ponen de acuerdo es en querer dejar claro que en una época de crisis, "la solidaridad es más importante que nunca", ya que si las cosas van mal en Occidente, en los países más pobres, se traduce en "desescolarización", hambre, enfermedades y una deuda externa imposible de afrontar.
La subida del precio de los combustibles ha sido un problema para los países ricos, pero una catástrofe para los pobres. José Antonio Hernández, de Intermón Oxfam, explica que "hay 82 países con ingresos bajos y con déficit alimentario. De estos, 37 sufren situaciones de crisis alimentaria muy graves". Todo esto hace que el incremento de la deuda externa sea "brutal". Según Hernández, que el precio de los alimentos se haya duplicado supone para las familias con recursos escasos tener que reducir las comidas a una al día, sacar a los niños del colegio, "especialmente a las niñas", y vender los animales, el sustento básico.
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