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El crédito crecerá entre el 3% y el 4% en 2015, según Funcas

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El crédito ofrecido por las entidades financieras comenzará a repuntar en el último trimestre del año y crecerá cerca de un 3% o un 4% a lo largo de 2015, según expertos de Funcas, que ponen de manifiesto que el crédito podría aumentar entre un 6% y un 8% cuando se produzca una estabilización de la economía. Esta es una de las principales conclusiones del estudio Las claves del crédito bancario tras la crisis, publicado por la Fundación Funcas con las aportaciones de José García Montalvo, Joaquín Maudos, Santiago Carbó y Francisco Rodríguez.

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Según el estudio, con escenarios macroeconómicos similares a los que ahora se manejan para los próximos años, es de esperar que el crédito vuelva a crecer en 2015 y se sitúe en tasas de crecimiento sostenidas, aunque inferiores a las existentes antes de la crisis. Sin embargo, los expertos estiman que el crédito no alcanzará los niveles que tocó en 2007, pero afirman que tendrá más calidad y que, por lo tanto, será más caro para el cliente. Este hecho dará paso a la aparición de otras fuentes de financiación "más económicas".

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El informe, compuesto de cuatro capítulos, analiza la situación de la banca entre 2009 y 2013, años en los que ha vivido un proceso de reestructuración que ha dado como resultado la aparición de una docena de grupos bancarios, frente a los aproximadamente 45 que había al inicio del periodo. Según Santiago Carbó, la concentración "no es buena" para el aumento del crédito, pero sí puede ser "positiva" tras un episodio de crisis. Tras la concentración, la calidad del crédito es mayor.

Por ello, augura un repunte del crédito a final de año, aunque ha advertido que "no hay lanzar las campanas al vuelo", porque la economía en general debe seguir mejorando. En este sentido, ha indicado que será importante que no haya ningún contratiempo en el mercado de bonos soberanos y que no se produzcan tensiones internacionales.

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Pese a que en los últimos años se ha producido una fuerte concentración en el sector financiero, Joaquín Maudos vaticina que este proceso va a continuar, aunque con una menor intensidad, porque aún queda margen para más fusiones y porque es necesario que la banca continúe reduciendo costes. Según ha manifestado, la concentración de entidades en España es un 40% inferior a la que registra Europa. A pesar de ello, se han dado casos en España en los que una entidad controla el 40% del mercado en una misma provincia, lo que podría ser un riesgo. Desde su punto de vista, el aumento de la concentración ha tenido efectos positivos sobre la estabilidad financiera, pero es necesario vigilar la evolución de la competencia, sobre todo a nivel regional, para evitar que ésta desaparezca.

Los expertos también han señalado que, aunque el ajuste de sucursales en los últimos años ha sido fuerte, especialmente en 2013, aún se seguirán cerrando oficinas debido al ahorro de costes y a la implantación de las nuevas tecnologías, que hacen que los clientes contacten con su banco a través de Internet. "Habrá menos oficinas y más depositantes. El mayorista no volverá", afirman.

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Con todo, José García Montalvo opina que el tsunami regulatorio que ha vivido el sector financiero desde el inicio de la crisis no ha terminado, ya que hay normativas que no están definidas por completo. Desde su punto de vista, esta batalla va a generar una "banca aburrida" similar a la que había en 2007 centrada en el negocio básico. Según ha detallado, las nuevas regulaciones que están apareciendo están entrando en contradicción unas con otras. Su foco principal es conseguir una definición más estricta del capital regulatorio y un nivel más elevado de la ratio de capital. De este modo, las entidades se orientarán hacia un modelo de negocio que se corresponde con las actividades de la banca minorista centradas en el análisis de los riesgos de productos financieros tradicionales, como hipotecas o préstamos empresariales, y la provisión de servicios de medios de pago.

Finalmente, los expertos analizan las políticas de provisiones bancarias y cómo han dado estabilidad al sector a través de su efecto en la calidad de los préstamos. Así, concluyen que las provisiones dinámicas han reducido "considerablemente" la prociclicidad ligada a las provisiones para insolvencias y, "aunque no han disuadido a los bancos españoles de utilizar varios mecanismos discrecionales de gestión de los resultados, este comportamiento ha sido menos significativo tras la implantación de las provisiones anticíclicas". En este sentido, insisten en que su implantación no previno un crecimiento muy acusado del crédito durante la pre-crisis, "un factor que puede estar detrás del considerable repunte posterior de la morosidad.

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