Este artículo se publicó hace 17 años.
Crece el consenso en el Líbano a favor de una reforma constitucional para elegir presidente
Los principales partidos libaneses, tanto de la mayoría parlamentaria como de la oposición se han mostrado dispuestos a reformar la Constitución para permitir que el actual comandante en jefe del Ejército, general Michel Sleiman, pueda ser elegido presidente.
La última gran fuerza de la oposición en aceptar la reforma constitucional ha sido el grupo chií Hizbulá, que a través de su diputado Nahuar Sahili ha asegurado que "no hay ningún problema" con esta candidatura.
Antes que Hizbulá, el principal candidato de la oposición a la jefatura del Estado, Michel Aun, así como el también opositor Nabih Berri, presidente del Parlamento y líder del grupo Amal, expresaron su disposición a apoyar un cambio constitucional para que Sleiman ocupe la silla presidencial.
Según la Constitución libanesa, para que un alto cargo de la República pueda ocupar otro puesto de responsabilidad, tienen que transcurrir dos años entre la renuncia al primer cargo y la aceptación del segundo, cosa que no sucede en el caso de Sleiman.
El principal grupo progubernamental, la Corriente de Futuro, ya mostró ayer, miércoles, su disposición a enmendar la legislación para que el actual comandante en jefe del Ejército pueda ser elegido presidente del país, después de que el pasado viernes expirara el mandato del anterior jefe del Estado, Emile Lahud.
El anuncio de la Corriente de Futuro siguió a las declaraciones del presidente saliente, que antes de abandonar el cargo encomendó a Sleiman la seguridad del país debido a que considera inconstitucional al actual ejecutivo, al igual que toda la oposición.
Dentro de la mayoría parlamentaria, además de la Corriente de Futuro de Saad Hariri, el carismático líder cristiano Samir Geagea ha elogiado esta iniciativa.
Sin embargo, entre las fuerzas progubernamentales todavía queda alguna voz disconforme, como la de Butros Harb que mantiene que una reforma de la Constitución en este sentido supondría una violación del sistema democrático.
La candidatura de Sleiman no sólo toma cada vez más fuerza entre los distintos bloques políticos, sino que parece que también se está buscando un consenso religioso a su alrededor.
El jefe de las Fuerzas Armadas se reunió el domingo con el patriarca cristiano maronita, Nasralá Sfeir; el martes con el vicepresidente del Consejo Superior Chií, Abdel Amin Kabalán, y ayer, miércoles, con la máxima autoridad suní, Mohamed Qabani.
A pesar de este consenso en torno a un único candidato no parece probable que el Pparlamento elija en la sesión de mañana, viernes, a un nuevo jefe de Estado.
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