Este artículo se publicó hace 15 años.
Corella dice que "ojala el Gobierno apoyara a la cultura como a las Olimpiadas"
La cultura es educación y no ocio, por eso al coreógrafo y bailarín Ángel Corella, fundador y director de la compañía de ballet clásico que lleva su nombre, le gustaría que el Gobierno mostrara, "al menos", la misma "sensibilidad" y ambición que tiene por los Juegos Olímpicos.
Corella actuará este fin de semana en el Teatro Real en la Gala de la Danza junto a María Pagés y lo hará aunque no era él el titular del cartel sino Carlos Acosta, -de baja por una conjuntivitis-, pero es que además será protagonista en ese mismo coliseo de una gala benéfica a favor de Unicef el próximo día 15.
Tanto "altruismo" le convierte en una "rara avis" en la escena española pero él, según dice en una entrevista con Efe entre ensayo y ensayo, no se considera una persona generosa. "Simplemente -afirma humilde- estaba disponible".
Con lo que no se ahorra comentarios es con la "difícil" situación de la cultura en España: "siempre es complicada pero en tiempo de crisis ya es angustiosa, porque es donde se recorta primero" -los Presupuestos Generales del Estado han bajado para 2010 un 11,1% la partida correspondiente a Cultura-.
"La cultura es educación y es asombroso que el Gobierno no lo vea como tal sino como ocio. El Gobierno tiene mucha responsabilidad en lograr que los jóvenes sepan lo que es la danza, la pintura o la literatura. Queremos sentirnos respaldados como si fuéramos las Olimpiadas", envidia.
Corella (Colmenar Viejo, Madrid, 1975) puede presumir de abanderar un proyecto privado de elite, en marcha desde hace 2 años después de 7 de preparación, pero le parece triste "tener que estar constantemente mendigando dinero para sobrevivir y eso que una compañía de danza -precisa- no es tan costosa".
El Corella Ballet -que tendrá su sede en el pueblo segoviano de La Granja aunque está provisionalmente en el vecino Palazuelos de Eresma- "sobrevive" con 2 millones de euros, aunque haya algunas compañías, que no detalla, a los que los presupuestos públicos dan "la bestialidad" de 9 millones de euros.
El artista, bailarín principal del American Ballet Theatre de American Ballet Theatre (ABT), echa "de menos" el apoyo económico y mayor implicación de la sociedad y "de más" las envidias, que en España, asegura, "son tremendas".
"Cuanto más importante es el proyecto, más gente te ataca y con más fuerza, deseando hacerte pedazos. Los enemigos salen de la misma profesión, de los que tienen sus propios intereses", revela.
Mañana y pasado bailará en el Real la coreografía de David Parsons "Caught", el paso a dos del dormitorio del ballet "Manon", y el de "El Corsario", de Marius Petipa, y "We got it good", de Stanton Welch.
Cuando vuelva al Real el 15 de octubre para la gala solidaria de Unicef lo hará con su compañía para interpretar "VIII", "Fancy Free" y "String Sextet", su primera coreografía para el Corella Ballet.
Insiste en que el es "sólo" el fundador y director del Corella Ballet y que no se trata de una compañía "de autor" por lo que le gustaría en un futuro se llamara de otra forma.
"Lo importante son los bailarines y no el director y así quiero que sea", agrega quien acaba de interpretar "El Corsario" para Michelle Obama, ha bailado ante la Reina de Inglaterra y ha sido la estrella invitada del "Barrio Sésamo" norteamericano.
"He tenido una carrera que ni en mis mejores sueños, pero llega un momento en el que te das cuenta de que lo más importante en la vida son tu familia y los amigos, lo demás es secundario", añade.
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