Este artículo se publicó hace 16 años.
Corea del Norte veta totalmente el acceso de inspectores a la central de Yongbyon
Corea del Norte anunció hoy que los inspectores del OIEA no tendrán acceso a ninguna de las instalaciones de la central atómica de Yongbyon, a cuya planta de procesamiento de plutonio ya les había vetado el paso hace dos semanas.
"Corea del Norte ha informado hoy a los inspectores del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) que no se permitirá más el acceso efectivo e inmediato a las instalaciones de Yongbyon", informó el portavoz Marc Vidricaire mediante un comunicado.
En la nota, el OIEA indicó que Corea del Norte ha paralizado las tareas de desmantelamiento de esta planta, que fueron pactadas en las conversaciones a seis bandas entre Pyongyang y Corea del Sur, Rusia, China, Japón y EEUU.
"Al estar preparando la reactivación de las instalaciones de Yongbyon, a 100 kilómetros de Pyongyang, Corea del Norte ha informado al OIEA que nuestras actividades de control ya no son apropiadas", añadió el comunicado.
Pese a ello, los inspectores internacionales permanecerán en las instalaciones a la espera de nuevas informaciones por parte del país asiático.
De esta forma, Corea del Norte confirma su decisión de relanzar su programa nuclear, después de que el pasado día 24 de septiembre eliminara los precintos colocados por el OIEA y anunciara que comenzaría a introducir combustible nuclear en su planta de producción de plutonio.
Pese a aquel anuncio, el OIEA mostró su confianza en que se crearan las condiciones necesarias para que Corea del Norte regresara al régimen de no proliferación nuclear.
Incluso EEUU, que incluye al país comunista en su "eje del mal", mostró un tono conciliador y expresó su determinación de continuar la negociación, que pareció haber tenido éxito cuando, en noviembre pasado, Pyongyang accedió a cancelar su programa atómico a cambio de incentivos económicos y diplomáticos.
Fuentes diplomáticas cercanas al OIEA aseguraron hoy a Efe que pese al desafío coreano anunciado hace dos semanas "no sonaron las alarmas" y que por parte de algunos Estados se interpretó la decisión coreana como una argucia para aumentar la presión en las negociaciones.
"Si se constata que esto no es una pataleta, tendrá que haber reacciones más contundentes", indicaron esas fuentes.
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